martes, agosto 28, 2007

Movilización de la CUT

Mañana la Central Unitaria de Trabajadores ha convocado a una jornada de movilización de los trabajadores chilenos para protestar contra el modelo económico neoliberal y las desigualdades imperantes en Chile. Tal como lo dijera Arturo Martínez, presidente de la multisindical, no se trata de una protesta contra el gobierno de la Presidenta Bachelet sino contra el modelo que prevalece en Chile en el cual aun se conservan los rasgos neoliberales establecidos durante la dictadura a mediados de los 70's. La precariedad del empleo, la insuficiente tasa de sindicalización y la falta de medios para que los trabajadores puedan negociar colectivamente son algunos de ellos. Asimismo, la prevalencia de una estructura tributaria pactada a inicios de la transición, hoy por hoy insuficientemente progresiva y pro empresa (favoreciendo más bien a determinados sectores productivos), incapaz de otorgar al Estado los recursos necesarios para satisfacer las necesidades de los chilenos. Todo ello ha hecho que los trabajadores chilenos vivan en el marco de precaridad de un mercado laboral propio de estos tiempos con muchas inseguridades pues tampoco hemos sido capaces de crear condiciones materiales mínimas (salud, eduación y seguridad social) en la garantización de derechos sociales avanzando hacia un sistema de protección social más desarrollado. El gobierno de la Presidenta Bachelet se ha comprometido con esta visión más allá de la opinión de ciertos personeros quienes ilusamente creen aun que el mercado es capaz de resolver los problemas sociales sin políticas públicas activas y un Estado lo suficientemente poderoso para responder a las demandas crecientes de la sociedad chilena. La Presidenta se ha comprometido en sentar las bases de un sistema de protección social moderno pero suficiente para terminar con este estado de inseguridad en que millones de trabajadores chilenos deben convivir y al mismo tiempo creando también las condiciones que permitan el desarrollo de las PYMES que como sabemos otorgan la mayorías de los empleos en Chile y se encuentran en una situación muy complicada, víctimas no sólo de las regulaciones -como señala la derecha- sino de un marco regulatorio y tributario que favorece a las grandes empresas y un insuficiente desarrollo de la protección a la libre competencia que propende a la concentración económica que no ha redundado en mejores condiciones para los trabajadores y las grandes mayorías de chilenos y chilenas. Para ello el sector público, los privados y trabajadores deben trabajar unidos pero en ciertas condiciones de igualdad que aun no existen.

Marcelo


CONVOCATORIA DE LA CUT

Llamamos a los trabajadores y trabajadoras de Chile, a prepararse para el 29 de Agosto, para realizar diversas acciones de movilizaciones y acción sindical.


> ATRASOS COLECTIVOS AL TRABAJO.

> CUCHAREOS Y VIANDAZOS A LA HORA DE LA COLACION

> ASAMBLEAS PARA DAR A CONOCER LAS DEMANDAS DE LA CUT.

> HIMNO NACIONAL A LAS ENTRADAS DE HOSPITALES, COLEGIOS Y REPARTICIONES PÚBLICAS

> ACTOS EN LOS CENTROS COMERCIALES Y PRINCIPALES MALLS DE LAS CIUDADES.

> LIENZOS Y PANCARTAS EN CALLES Y CARRETERAS DEL PAIS

> MARCHAS EN DISTINTOS PUNTOS DE LAS CIUDADES DURANTE EL DIA.

> EN LA REGIÓN METROPOLITANA CONCENTRARSE A LAS 10:00 HORAS, EN CUATRO PUNTOS PRINCIPALES:

PLAZA ITALIA
ESTACION MAPOCHO
ESTACION CENTRAL
SAN DIEGO CON AV. MATTA

TODOS AL CENTRO A LAS 13:00 HRS.

> RETIRARSE TEMPRANO DE LOS LUGARES DE TRABAJO.

> A LAS 17:00 HRS, REUNIRSE EN LOS LOCALES SINDICALES Y VECINALES PARA LUEGO RETIRARSE A SU HOGAR.

> LOS SECTORES SOCIALES NO SINDICALES, DIRIGIRSE A APOYAR LOS LUGARES DE CONCENTRACION PRINCIPAL SEÑALADOS ANTERIORMENTE.

> LLAMAMOS A LOS CIUDADANOS DEL PAIS A MANIFESTAR SU ADHESIÓN A ESTA MOVILIZACIÓN, CON ACCIONES QUE SIGNIFIQUEN UN RECHAZO MORAL A LOS LUGARES Y EMPRESAS EN QUE SE VIOLAN LOS DERECHOS DE LOS TRABAJADORES.

¡CON UNIDAD, ORGANIZACIÓN, MOVILIZACION SOCIAL Y POLITICA, CONQUISTAREMOS EL ESTADO SOCIAL DEMOCRATICO Y SOLIDARIO!

CENTRAL UNITARIA DE TRABAJADORES DE CHILE
Santiago, Agosto 2007

lunes, agosto 27, 2007

Don Cloro

Hoy tuve la oportunidad de asistir a un interesante y emotivo homenaje en conmemoración del 10ºaniversario del fallecimiento de una de las grandes figuras del socialismo chileno. En él intervinieron la viuda de Don Cloro, el ex Pdte. Patricio Aylwin, el actual secretario general de la OEA y "presidenciable" José Miguel Insulza, el Pdte. del PS senador Camilo Escalona y por supuesto la Presidenta de la República, Michelle Bachelet. El acto se realizó en el Aula Magna de la Casa Central de la U. de Chile en presencia del Rector Víctor Pérez.
A continuación la reseña en la página de la Universidad de Chile y luego un artículo de Jorge Arrate sobre Don Cloro publicado en El Mostrador.

Marcelo


Homenaje a Clodomiro Almeyda en la Universidad de Chile
Universidad de Chile


Al acto conmemorativo, organizado por la fundación que lleva su nombre, asistirán la Presidenta de la República Michelle Bachelet, el ex mandatario Patricio Aylwin y el secretario general de la OEA José Miguel Insulza, entre otras personalidades públicas.

Al cumplirse el décimo aniversario del fallecimiento de Clodomiro Almeyda Medina, se llevará a cabo un acto recordatorio para homenajear el aporte a la democracia chilena y a la integración latinoamericana de este hombre político que marcó historia en Chile.

La fundación homónima ha organizado esta ceremonia para conmemorar la larga trayectoria de este personaje al servicio público, recordado en su rol de ex canciller del Presidente Salvador Allende y líder del Partido Amplio de Izquierda Socialista de 1987.

El encuentro se realizará hoy lunes 27 de agosto, en el Salón de Honor de la Universidad de Chile, Casa de Estudios donde Almeyda cursó la carrera de Derecho, se desempeñó como docente en diferentes Facultades y fue Director de la Escuela de Sociología.

La cita contará con la participación de la Presidenta Michelle Bachelet, el ex Mandatario Patricio Aylwin Azócar, el Secretario General de la OEA, asesor del Canciller Almeyda y ex Ministro de Relaciones Exteriores José Miguel Insulza, y el presidente del Partido Socialista senador Camilo Escalona.

Algunas de estas personalidades compartirán con los asistentes los recuerdos de experiencias vividas junto a Clodomiro Almeyda y analizarán su contribución al retorno de la democracia en el país.

La ceremonia se realizará a las 18:30 horas en Casa Central de la Universidad de Chile

27 de Agosto de 2007


Clodomiro Almeyda en el recuerdo

por Jorge Arrate


Recordar a Clodomiro Almeyda significa internarse en la historia socialista de la segunda mitad del siglo XX.

Almeyda vivió la política con actitud crítica, humanidad y serena pasión. Fue actor principal de los grandes acontecimientos partidarios y nacionales. Luchó por ideas, nunca por intereses o poder personal. Firme en el debate, siempre respetó al adversario, buscó convencerlo con sus argumentos, jamás lo avasalló o lo excluyó.

Almeyda perteneció a una generación de sólida formación y vigorosa mística que, en la década de los cuarenta, cuando se apagaba ya el carisma de Marmaduke Grove y comenzaba a resplandecer la estrella de Allende, reconstruyó un Partido Socialista organizado y con definido perfil. A la consistencia política del notable Ampuero, al tesón de Aniceto Rodríguez, a la lucidez de Eugenio González, se sumaron dirigentes de la talla y raigambre de Carmen Lazo, Carlos Altamirano, Mario Palestro y el propio Clodomiro Almeyda. Fue un grupo dirigente que construyó la alianza más duradera de la historia chilena: la unidad entre socialistas y comunistas, rota luego de la experiencia del Frente Popular y reconstruida con la fundación del FRAP en 1957.

Conocí a Almeyda cuando, a comienzos de los sesenta, colaboré con la revista “Arauco”. Él era un opositor a Ampuero en las lides internas, aunque juntos habían apoyado, en 1951, la candidatura presidencial de Ibáñez (tras lo cual Salvador Allende se desafilió del Partido Socialista), y luego la reunificación partidaria y la formación del FRAP. Más tarde tuve el privilegio de compartir con Almeyda las reuniones del núcleo “Engels”, de la Seccional Primera Comuna del Regional Santiago. Impresionaba por su sencillez, la ausencia total de arrogancia y su libertad para pensar desde un marxismo que todos compartíamos pero que no asumíamos como dogma.

Era un tiempo impresionante. La Revolución Cubana abría nuevas esperanzas, los proyectos de lucha armada se extendían por el continente, los militares peruanos exhibían una veta latinoamericanista y de izquierda. El Partido Socialista rechazaba formatos ideológicos prefabricados, de acuerdo a su mejor tradición, y el debate interno abordaba las discusiones internacionales respecto del marxismo, la pugna chino-soviética, la autogestión y disidencia yugoslavas, las singularidades del comunismo italiano y las intervenciones militares soviéticas en Hungría y Checoslovaquia.

Si bien tanto Almeyda como Altamirano habían sido activos participantes en la inolvidable campaña presidencial de 1964, en 1970 miraban con cierto escepticismo la persistencia de Allende. Sin embargo, una vez alcanzado el triunfo por la Unidad Popular, Allende supo con grandeza despejar todas las diferencias, nombró a Almeyda como Canciller y apoyó a Altamirano para la Secretaría General del Partido Socialista.

De esos tiempos recuerdo la brillante presentación que Almeyda hizo frente a los acreedores en la renegociación de la deuda externa chilena en el Club de París. Lo acompañaban en la testera Pablo Neruda y Orlando Letelier. Rememoro también una cena diplomática, para mí muy tensa, a la que el compañero Canciller, con su habitual buen humor, me demandó asistir en mi calidad de jefe de CODELCO. Almeyda despedía, según el protocolo, al Embajador saliente de los Estados Unidos, Edward Korry, a quien yo había comunicado, por encargo del Presidente Allende, su decisión sobre rentabilidades excesivas de las empresas de cobre nacionalizadas.

Almeyda fue uno de los pilares del gobierno de la Unidad Popular. El día del golpe fue hecho prisionero por los militares y luego encarcelado en la isla Dawson. Volví a verlo en México, cuando él y Orlando Letelier, recién liberados, participaron en la sesión de la Comisión Investigadora de los Crímenes de la Junta Militar, en 1975. Poco tiempo después se trasladó a Berlín, República Democrática Alemana, donde yo cumplía funciones partidarias. La firme convicción de Almeyda, luego de lo que ha de haber sido una importante reflexión durante su confinamiento en Dawson, era que la carencia de una dirección única de las fuerzas de izquierda y las debilidades orgánicas y direccionales del Partido Socialista habían sido factores de gran importancia en la derrota de la Unidad Popular. Los debates que surgieron en torno a estos puntos y a sus múltiples complejas aristas condujeron a la división de 1979, proceso en el que sostuve posturas contrarias a las de Almeyda. En aquellos años Almeyda fue un ácido crítico de la “renovación” que, entre otras cuestiones, postulaba la necesidad de constituir amplias mayorías para llevar adelante proyectos significativos de cambio social. Tiendo a creer que su visión tan severa se fundaba, no en el rechazo a esa perspectiva, sino en el temor a una eventual evolución hacia posiciones que he denominado de “ultra renovación”. Pudiera decirse que el tiempo ha confirmado esa prevención, a juzgar por los procesos de adaptación a las tendencias mundiales que confunden sociedad con mercado y política con negocios, hoy manifiestas en el socialismo. También podría sostenerse que el peso de esas tendencias es la explicación principal, ya que el fenómeno ha afectado tanto a los “renovados” de entonces como a algunos de los más “ortodoxos” de aquel tiempo.

El socialismo chileno se dividió no sólo entre los dos sectores principales sino que también en varios otros grupos. El sector que se conoció como “Partido Socialista (Almeyda)” fue ampliamente mayoritario en Chile y llegó a constituir una fuerza de gran presencia social en el mundo estudiantil, poblacional y sindical. El sector de la “renovación”, liderado en el interior por Ricardo Núñez, comenzó, por su parte, laboriosamente, a ocupar creciente espacio en la limitada política de entonces. Los fuegos de aquella disputa habían empezado a extinguirse cuando Almeyda hizo su intrépido ingreso clandestino para romper el exilio forzado. Fue encarcelado por segunda vez, condenado, despojado de su condición ciudadana y confinado. Lo reencontré con motivo de mi visita al anexo Capuchinos de la Cárcel Pública, al día siguiente de mi regreso a Chile en 1987. Más tarde lo visité para proponerle que los socialistas, juntos, participáramos en la creación de un “partido instrumental” , fugaz, nada más que para controlar la votación del plebiscito. Pero, no obstante que la reunificación socialista estaba ya en el horizonte, impulsada por Almeyda y Núñez, aún no existían las condiciones para ese emprendimiento conjunto.

Dos años más tarde, el 29 de diciembre de 1989 sellamos, como Secretarios Generales de los dos sectores principales, la unidad partidaria. A ella se incorporaron los otros grupos socialistas, figuras históricas como Raúl Ampuero y Aniceto Rodríguez, el Partido MAPU y ex militantes del MIR y el PC.

No fue fácil la unidad. Socialistas de mi sector estimaban que la base paritaria convenida era inadecuada, toda vez que el partido de Almeyda había elegido muchos menos diputados que el sector “renovado”. Olvidaban que la presencia social organizada del “almeydismo” era mucho más poderosa. Por otra parte, fue preciso imponerse a quienes privilegiaban al Partido por la Democracia y aspiraban a que allí terminara integrándose una parte significativa de los socialistas, los “almeydistas” incluidos. Finalmente, Almeyda asumió la presidencia del partido unificado y yo la Secretaría General. Confirmé entonces la sencillez, generosidad y carencia de espíritu protagónico de Clodomiro. La prensa, como era obvio, se dirigía a él, que era una gran figura histórica, pero él siempre intentaba que compartiéramos el rol público, para favorecerme incluso más allá de lo que hubiera sido equitativo. No era una cuestión personal, era su responsabilidad hacia la unidad, cuyas “Bases Doctrinarias” habíamos concordado luego de reelaborar un texto borrador que Almeyda preparó.

Clodomiro Almeyda comprendió tempranamente que, tras los fracasos de la línea insurreccional en 1986, la transición negociada era el camino más viable a la democratizació n. Antes de la unidad, condujo a su partido a la fundación de la Concertación y realizó una contribución mayor a la tarea de desplazar a la dictadura y reestablecer en Chile los derechos democráticos básicos. Pero la coalición que se constituía no incluyó a toda la izquierda. Coincidimos con él en que se trataba de un momento, de un cierto período, y así lo hicimos saber al Partido Comunista, en una visita conjunta de la que Luis Corvalán ha dado testimonio en sus memorias. Por otra parte, el entendimiento con la Democracia Cristiana podía abrir, eventualmente, un capítulo en que el arco de las “fuerzas de avanzada social”, para usar el lenguaje de Eugenio González, pudiera ampliarse a una nueva pluralidad. En esa misma línea Almeyda fue, en el Congreso Salvador Allende de 1990, el principal impulsor de la incorporación de la Izquierda Cristiana al Partido Socialista, a pesar de las inquietudes de sectores provenientes de la “renovación”. Mi asunción como Presidente del Partido Socialista en aquel Congreso y la de Manuel Almeyda como Secretario General, fue posible gracias al apoyo leal, decisivo, de Clodomiro. La unidad no había sido sencilla, más aún cuando la relación con el PPD no estaba dilucidada. Con Almeyda propusimos que el PPD se definiera como un movimiento en el que, con un estatuto regulatorio, participara el Partido Socialista. El esquema no halló la acogida necesaria, debimos aceptar la fórmula de la “doble militancia” y el PPD se desligó de su carácter original meramente instrumental.

Clodomiro Almeyda aceptó la Embajada en Moscú para representar al nuevo gobierno democrático de Patricio Aylwin. Le interesaba vivir en el terreno mismo los momentos de cambio por los que atravesaba el régimen soviético luego del inicio de la “perestroika” y la caída del muro de Berlín. En Moscú dio una muestra de lealtad, al aceptar como asilado político a Erich Honnecker, que con gran solidaridad había cobijado en la República Democrática Alemana a muchos chilenos perseguidos por la dictadura. Contra la opinión del Partido Socialista, que me correspondió representar al Presidente de la República, el gobierno chileno estimó que no cabía el derecho de asilo. Almeyda prefirió sacrificar su cargo a renunciar a la gratitud que la izquierda chilena, más allá de sus diferencias, debía a los comunistas alemanes.

Los últimos años de Almeyda fueron de permanente activismo. Continuó como actor de la vida socialista y sus aportes, publicados en revistas partidarias, apuntaron a una idea de partido apropiada para los nuevos tiempos. Nuestro mejor y verdadero homenaje sería releerlos. Estoy seguro que nos servirían.

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(*) Jorge Arrate fue Presidente del Partido Socialista y es miembro del Directorio de la Fundación Clodomiro Almeyda.

Tragedia Griega





Los incendios que amenazan la cuna de la cultura occidental.

La península del Peloponeso y otras regiones de Grecia se han visto devastadas en la última semana por la peor ola de incendios en las historia moderna de ese país. Lamentablemente estos siniestros que han costado la vida de cerca de 60 personas tendrían un origen humano y podrían relacionarse con las elecciones generales de septiembre.

sábado, agosto 25, 2007

Sueldos Máximos Éticos

Padre Montes afirmó que también hay que hablar de los sueldos altos


El rector de la Universidad "Alberto Hurtado" dijo que al ser la pobreza una "cosa comparativa", es necesario que los que tienen mucho den un rendimiento "más social" a su dinero.

El sacerdote jesuita Fernando Montes, rector de la Universidad "Alberto Hurtado", señaló que en Chile también es necesario hablar sobre un "salario máximo ético", porque los grandes ingresos de un sector deben tener un uso más social, en vista de las grandes diferencias que existen entre los más ricos y los más desposeídos.



En conversación con Una Nueva Mañana, el cura explicó que al tener la pobreza un componente comparativo, es decir, que las necesidades van surgiendo a medida que la gente ve que el otro tiene más, es imprescindible establecer un equilibrio para paliar la desigualdad social.



"Ojalá que todos puedan ganar bien, pero si algunos no están ganando lo éticamente necesario y otros tienen en tal extremo, me cuestiona como sociedad, entonces el máximo ético no significa quitarles la plata, sino el qué se hace con esa plata; porque uno tiene que darle un rendimiento social más fuerte", enfatizó Montes.



De hecho, el prelado, quien graba algunos capítulos de los mensajes religiosos que emite Canal 13, reiteró su cuestionamiento a los sueldos que ganan algunos rostros de la televisión, y también puso como ejemplo de este desequilibrio el salario del nuevo entrenador de la selección nacional, Marcelo Bielsa.



"Creo que hay cosas que están desequilibradas, que al entrenador de fútbol de la selección se le pague 60 y tantos millones mensuales es delicado para un país, y una persona que lee las noticias en la televisión que gane tres veces lo que gana la Presidenta de la República, algo raro hay", dijo el también académico.



Por esto, el rector de la Universidad "Alberto Hurtado" destacó que el titular de la Conferencia Episcopal, monseñor Alejandro Goic, pusiera el tema del salario mínimo ético en el centro del debate nacional, porque exista una necesidad de solucionar esta "herida".



"(Goic) está hablando como pastor de un problema real, diga lo que diga la ley, eso es lo interesante en un país súper legalista, que una autoridad moral dice 'hay cosas que están más allá de la ley', o sea, hay una herida ética en el país que hay que buscarle solución sea como sea", señaló.



Sin embargo, Montes dijo que -a su juicio- la Iglesia Católica no elaborará ninguna propuesta concreta para paliar la desigualdad social ya que, como institución moral, está consciente de que existen otras instancias a las que les corresponde hacer las propuestas sobre la materia. (Cooperativa.cl)

martes, agosto 21, 2007

The Economist sobre Chile

Chile
Destitute no more
Aug 16th 2007 | SANTIAGO
From The Economist print edition

A country that pioneered reform comes close to abolishing poverty


ON ONE of the coldest days in an unusually cold
southern-hemisphere winter, Sara Reyes's house is
warm. Ms Reyes is sewing the clothes that for the
past 18 months have allowed her to support her
two children and a nephew, and sometimes to
employ a sister and two neighbours. Previously
jobless, she obtained her first sewing
machine—she now has three—from Chile Solidario, a
government programme launched in 2002 to tackle extreme poverty.

Her neighbourhood was once one of the biggest and
poorest shanty towns in Santiago, Chile's
capital. Over the past ten years, the roads have
been paved and piped water installed. Most people
now have fridges and telephones and some have
cars. “Defeating material poverty is a mission
well on the way to being fulfilled in Chile,”
says Benito Baranda of Hogar de Cristo, a
charity. Its shelters now cater less for the
destitute than for people with drug or
psychiatric problems. Around 500,000 people still
suffer extreme poverty, but that number is down by a third since 2003.

Poverty has fallen further, faster, in Chile than
anywhere else in Latin America (see chart).
Sustained economic growth and job creation since
the mid-1980s are the main explanation, though it
helps that poorer Chileans are having fewer
children than in the past. In recent years public
policies, such as Chile Solidario, have played a
bigger role. In the 1990s poverty dropped by half
a percentage point for each point of economic
growth, but now it falls by one-and-a-half
points, according to Clarisa Hardy, the planning minister.

Chile Solidario aims to help the poorest support
themselves, by ensuring they take up various
social benefits and keep their children healthy
and at school, and by offering training and a
grant to set up a small business. It is too soon
to tell whether it will be a long-term success:
the first of 250,000 very poor families enrolled
in the scheme are only just graduating from it.
Even so, Chile has a chance of all but abolishing
poverty in the next few years.

Some Chileans argue that the national poverty
line, of $90 a month, is set too low. In Santiago
this buys just four bus fares a day. Income
distribution in Chile is becoming slightly less
unequal. The richest tenth of the population
still take 38.6% of national income, though this
is slightly less than they take in the United
States. Using the relative yardstick favoured in
many European countries, 27% of Chileans would be
poor, according to Juan Carlos Feres of the UN
Economic Commission for Latin America and the Caribbean.

The fact that alternative ways of measuring
poverty are now being discussed is a sign of how
far Chile has come in the past two decades. It is
also an indication of the tasks that still lie
ahead in creating a middle-class society.

Grado 3

Acabo de reprobar mi examen de grado por segunda vez. Tendré que rendirlo una tercera y última en varios meses más. No creo que pueda culpar a alguien por esta especie de fracaso personal sino a mi mismo. Debo cambiar las técnicas de estudio. No es el fin del mundo aunque parece que lo fuera. Tengo tantas cosas en la cabeza...He estudiado tanto y sin embargo, nuevamente he fracasado en lo más básico...Acto Jurídico. Damn! De que me sirve haber memorizado los derechos del fiador o un concepto de juicio de partición. Las características del juico sumario y los recursos que proceden contra lo resuelto por el árbitro arbirador...
Estoy tan cansado de este estado de cosas. Quisiera recuperar mi vida...ya no quiero que este examen siga siendo la razón de vida. Algo tendrá que cambiar desde hoy...