Fecha: Tue, 22 May 2007 23:04:41 -0500 (CDT)
De: "Marcelo Salgado"
Asunto: reflexión sobre mensaje presidencial
Para: debatesocialista@yahoogroups.com
Compañeros y compañeras,
El mensaje presidencial del día de ayer ha estado sin lugar a dudas a la altura de la expectativas generadas en el proceso de elección de la compañera Bachelet. Ha sido un discurso sólido en lo político al recordarnos la senda que debemos transitar hacia lo que ha denominado un Estado social y democrático de Derecho. Un Estado que entregue a la población mayores grados de seguridad social ante las contigencias de la vida. En este poco más de un año de gobierno se ha avanzado en este camino a través de la implementación de diversas políticas sociales en particular de educación preescolar, viviendas sociales, salud, etc. y en los próximas semanas los debates políticos que presenciaremos en la discusión de los proyectos de ley presentados por el Ejecutivo serán decisivos en el asentamiento de estas bases de protección social. El debate en torno a la Ley General de Educación y la Reforma previsional generarán sin duda acaloradas discusiones tanto con la derecha como al interior de nuestra coalición. Son los dolores propios del crecimiento y de la madurez del debate democrático en nuestro país pero ciertamente, demuestran también el importante énfasis social de un gobierno de centroizquierda encabezados por una mujer socialista como la cra. Michelle Bachelet. Por supuesto, ha sido también un inicio de gobierno difícil entre la justa marcha de los pingüinos, ciertos problemas en el equipo político del Ejecutivo para llevar adelante su agenda, y como olvidarlo, la catastrófica implementación del Transantiago. Problemas que en buena medida son heredados -"de arrastre"- y tal vez, inevitables. Confiemos que el gobierno no sólo realizará los necesarios diagnósticos sino que encontrará las soluciones más eficientes y menos gravosas.
Aunque soy consciente de las deudas sociales y justas demandas que existen en nuestro país por ejemplo en materia de distribución del ingreso y en cuanto a la necesidad de mejorar la calidad de educación, no creo equivocarme -siendo aun estudiante universitario- el sentirme parte como socialista de los aciertos y desaciertos de este gobierno que es también nuestro. Lamento por ello ciertas conductas irresponsables que adoptan algunos militantes de los partidos de la coalición que en el Congreso o desde la tribuna pública actúan para la prensa (de derecha), privilegian la agenda propia y se ven tentados a realizar declaraciones destempladas o que dentro del aparato público prefieren velar por sus propios intereses en vez de los llamados a cautelar. Me preocupa una cierta tecnocracia despolitizada que pareciera no sintonizar con las demandas sociales que llevaron a la presidencia a la compañera Bachelet.
La crítica interna se valora y la reflexión que abunda en estos días le hace bien a nuestro partido y a la coalición de la que forma parte fundamental. Es justa y necesaria. Pero es necesario que la reflexión no se transforme en deslealtad hacia nuestro gobierno y entre nosotros mismos. Terminar en buena forma este gobierno no sólo significa un hito para nosotros, los socialistas, sino que signicará un gran paso en la mejora de las condiciones de vida de las grandes mayorías de chilenos. Por ello el entregar el gobierno a la derecha sería una tremenda derrota de insospechadas repercusiones y no podemos contribuir a ello. Me asombra a veces leer ciertos correos que circulan que parecen no comprender los costos sociales que implica esta hipótesis. Se peca de ingenuidad cuando se cree que desde el Parlamento o desde la sociedad civil se puede enfrentar a la derecha dueña de la prensa, aliada de los oligopolios y grupos económicos, que posee fuertes lazos con la nueva jerarquía conservadora de la Iglesia y además controlando el Ejecutivo en un sitema en extremo presidencialista como el nuestro. Qué puede esperarse de un gobierno de derecha sin verdadero compromiso con los derechos humanos, la democracia o la transparencia. Una derecha fiel al conservadurismo neoliberal pero que no dudará en gastar a manos llenas y en endeudar el estado para mantener el poder por digamos, 8 años o más. Cuánto habrá que retroceder...
Debemos apoyar a nuestro gobierno no sólo en los momentos difíciles cuando el apoyo es necesario - cuando la derecha se regocija en el desorden de la coalición, la crítica se torna irresponsable y el nivel del debate político se desploma- sino también cuando las cosas resultan, los recursos abundan y se hace necesario consolidar el avance.
Fraternalmente,
Marcelo Salgado Núñez
Miembro CC
Partido Socialista
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