lunes, mayo 21, 2007

Ni la sal ni el agua

A río revuelto, ganancia de pescadores. Si nuestra coalición y nuestros partidos no se ordenan su conducta seguirá beneficiando a la oposición, a la derecha mezquina y retrógrada. Defensora acérrima de los oligopolios y los poderes fácticos. Y claramente los perdedores serán las grandes mayorías de chilenos. Podemos tener diferencias legítimas con ciertas políticas gubernamentales pero ello no puede significar cometer autogoles como fue el caso de la depreciación acelerada...No se puede seguir haciendo política del corto plazo en el Parlamento. La política pequeña de agendas propias para la prensa, de negligencia y de irresponsabilidad le hace daño a la política y el servicio público.

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Ni la sal ni el agua
Eduardo Engel*
La Tercera, 13 mayo 2007

Ud. debe elegir entre recibir un millón de pesos hoy día o recibir, el
mismo millón, en cinco años más. Si Ud. prefiere recibir la plata de
inmediato, se encuentra entre la inmensa mayoría de los mortales que
valoramos más tener un peso hoy que tener el mismo peso en el futuro. En
cambio, si a Ud. le da lo mismo entre ambas opciones, entonces está en
compañía del senador Ominami, quien cometió este error elemental al
calcular el costo que tendrá para el Fisco el proyecto de depreciación
acelerada. En efecto, producto de esta confusión, en la sesión del Senado
del 17 de abril el senador estimó el costo fiscal del proyecto en 540
millones de dólares, en lugar de los 150 millones que había calculado,
correctamente, el informe preparado por la Comisión de Hacienda de la cual
forma parte.

Como las empresas más pequeñas tienen mayores problemas para financiar
sus proyectos, son éstas las que más valoran tener el millón de pesos
hoy día en lugar de tenerlo en cinco años más. Es por eso que la pyme, y
no las grandes empresas, serán las mayores beneficiadas con la
depreciación acelerada. No había, entonces, motivos económicos para oponerse a
dicho proyecto porque supuestamente no favorecía a la pyme. Como
veremos más abajo, sí había motivos políticos.


¿Se desmarcó la Alianza de los gremios empresariales?

Varios analistas interpretaron el rechazo de los senadores de la
Alianza al proyecto de depreciación acelerada como un distanciamiento entre
la derecha política y la derecha económica. Esta semana quedó claro que
dicha interpretación estaba equivocada, cuando la Alianza se opuso a la
licitación de carteras de afiliados a las AFP. Porque la Comisión
Marcel concluyó que una licitación de carteras era clave para que las AFP
compitan en serio y así reducir las suculentas comisiones que cobran a
sus afiliados. Luego la posición adoptada por la Alianza contribuye, una
vez más, a que un sector poco competitivo siga percibiendo rentas
excesivas.

Claro que la Alianza ha aprendido a ser más sutil en su apoyo a
sectores poco competitivos, pues anunció que favorecía licitaciones a
condición que los afiliados participen en ellas voluntariamente. La propuesta
de gobierno, en cambio, obliga a los nuevos cotizantes a participar,
para asegurar una cartera suficientemente grande que atraiga nuevos
actores y termine con la falta de competencia en el sector. La propuesta de
la Alianza no asegura mayor competencia y menores comisiones, la del
gobierno sí.


Razones de un rechazo

¿Qué explica entonces el rechazo unánime de los senadores de la Alianza
al proyecto de depreciación acelerada? Para encontrar una pista, es
interesante notar que la mayoría de los diputados de ese sector votaron
favorablemente el proyecto. ¿Por qué una diferencia tan grande entre los
senadores y diputados de la Alianza? Una explicación posible es que,
cuando se hizo evidente la oposición de algunos senadores de la
Concertación, los legisladores de derecha vieron una oportunidad para acentuar
los problemas internos de la coalición gobernante, incrementando así la
posibilidad de llegar al poder el 2010.

El accionar de la Alianza en meses recientes sugiere que su único
objetivo es llegar a la Moneda el 2010. No se trata de la legítima
aspiración que tiene toda oposición de transformarse algún día en gobierno; se
trata, en cambio, de lograr dicho objetivo a cualquier precio. “Mi
responsabilidad, hoy, es contribuir al reemplazo de la Concertación” afirmó
esta semana el senador Allamand, con el tono mesiánico de quien viene
llegando de una travesía por el desierto a desalojar a los infieles que
han osado cuestionar el orden divino.

La conjetura anterior también es consistente con los dichos de la
senadora Matthei durante la sesión en que se discutió el proyecto de
depreciación acelerada. Luego de reconocer que la propuesta del gobierno
contribuirá a un mayor crecimiento en los próximos años, la senadora afirmó
que éste “puede ser bastante atractivo para un Gobierno que tiene
muchos problemas y que enfrentará elecciones en los próximos dos años”.
Desde hace tiempo la Alianza venía reclamando por las tasas de crecimiento
menores de los últimos años, cuando el gobierno propone una medida que
contribuye a crecer más rápido, la derecha subordina su apoyo a que no
la vaya a perjudicar electoralmente.

Lo sucedido a propósito del Transantiago esta semana confirma la
estrategia obstruccionista de la Alianza. Al poner todo tipo de cortapisas a
las soluciones que quiere llevar a cabo el ministro Cortázar, quedó en
claro que el objetivo de la derecha es que la Concertación pague el
mayor costo posible por los errores cometidos, aun si esto se traduce en
postergar y dificultar la solución de los serios problemas que enfrentan
en la actualidad los capitalinos con el transporte público.


¿Estrategia equivocada?

Me parece difícil que la estrategia obstruccionista de la Alianza se
pueda sostener hasta la próxima elección presidencial. Más temprano que
tarde la ciudadanía se dará cuenta de que la oposición quiere llegar al
poder a cualquier precio. En el intertanto, sin embargo, es importante
que la Concertación se una en torno al programa de gobierno que recibió
el apoyo mayoritario de la ciudadanía, con una mejor coordinación entre
el gobierno y los partidos, limitando así el daño que la estrategia de
la Alianza esta causando al país.


*Eduardo Engel es Profesor de Economía de la Universidad de Yale.



Eduardo Engel
Department of Economics, Yale University
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