Domingo 23 de diciembre de 2007
José Miguel Insulza enfrenta los cuestionamientos
"La única persona que le ha dicho algo a Chávez soy yo"
No solamente Lagos lo pasa mal. Insulza también recibe duras críticas en Washington como secretario general del organismo hemisférico. Por primera vez las responde y también explica por qué respalda al ex Presidente, cuando su responsabilidad política en el Transantiago facilita que él lo reemplace como abanderado del PS-PPD.
MAURICIO CARVALLO
El secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, quien el miércoles dio a conocer una sentida carta de apoyo a Ricardo Lagos pidiendo "cuidar el liderazgo que nos seguirá dando en el futuro", también ha tenido una semana difícil. En los últimos días emergieron ácidos comentarios a su gestión por parte de personas relacionadas con el mundo político de EE.UU., los que apuntan a que Insulza debería actuar menos como candidato presidencial en Chile y con mayor decisión frente a los problemas del hemisferio, como la amenaza que representa el gobernante venezolano Hugo Chávez para la estabilidad de la región.
-¿A qué atribuye que en pocos días haya recibido varias críticas?
-Que yo sepa, críticas hay solamente dos. Una, en la página web del "Washington Post", y la otra, de un señor, ¿cómo se llama?, (Shawn) ¿Sullivan?, asesor del Partido Republicano, quien visitó Chile y que no tengo el gusto de conocer. Me he reunido con el Republican Institute y no recuerdo que haya estado. Aquí se le ha dado importancia sólo en el microclima que se interesa por estas cosas. En Chile pudo haber tenido alguna repercusión, pero no la he visto en ninguna otra parte de América Latina.
-Sullivan declaró que con usted "la OEA ha perdido peso en la región"...
-La crítica sobre cuánto me preocupo me parece negativa y de mala fe. No merece respuesta porque basta con ver en mi agenda la cantidad de viajes y reuniones. Por lo demás, a la periodista se le ofreció la lista y parece que no la recibió. Le dedico todo mi tiempo a la OEA. ¡Todo! Ahora, es cierto que algunas veces hago otras cosas en mi tiempo libre y cuando estoy de vacaciones. Además, hay que considerar que cuando llegué a la OEA no había plata para pagar los sueldos...
-¿Y ahora?
-Hoy es una institución floreciente. La crítica de ese señor es una opinión de algunos grupos de derecha que creen que la OEA debe ser un organismo de intervención. Cuando llegué a Nicaragua recién asumido, porque el Congreso quería remover al Presidente, me encontré con que mucha gente de oposición no quería hablar conmigo porque alguien, un alto funcionario, había dicho que yo iba a poner orden. ¡Esos tiempos pasaron! El hemisferio no está para que le vayan a poner orden desde ninguna parte.
-Hay gente en este país (EE.UU.) y en la derecha de nuestros países, que no entiende esto. Creen que debo salir con el gran garrote a repartir garrotazos por América Latina, y que así alguien nos hará caso. Pero esa gente, cuando habla con los países miembros del Consejo de la OEA, no encuentra ¡ni uno solo!, dispuesto a hacer esa política.
"En la OEA hubo quienes se acostumbraron a imponer su voluntad"
-Se dice que su temor a enfrentarse con personajes como Hugo Chávez ha debilitado la influencia de la OEA...
-Mire, la única persona que le ha dicho algo al Presidente Chávez soy yo, y eso provocó la reacción que se recordará. Sin embargo, esa discusión no fue recogida en el Consejo de la OEA, fuera de solidarizar con el secretario general por las expresiones que le dirigieron. Porque los países no tienen interés en meterse en los asuntos internos de otros.
-La OEA es un régimen parlamentario de 34 miembros, por llamarlo así. El secretario general tiene que hacer lo que ellos acuerdan. Podrá, como yo, dar opiniones, decir cosas, tratar de convencer, pero no puede actuar por su cuenta. Lo que pasa es que en la OEA hubo quienes se acostumbraron a imponer su voluntad. Como en el período de la Guerra Fría. Hay algunos nostálgicos que no pierden esa esperanza. Quieren que se suspenda a Venezuela, castigar a otros países.
-¿Y cómo toma que el ex encargado del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado, Roger Noriega, dijera que "los observadores de asuntos latinoamericanos en Washington perciben que la OEA ha perdido relevancia y un grado de activismo con Insulza"?
-Noriega es, claramente, el personaje más connotado de las posiciones que le señalo. Promovió la campaña de un candidato a secretario general de la OEA -un ex Presidente centroamericano- para que se moviera dentro de la política que él quería, y no consiguió ni un solo voto fuera de Centroamérica. Y tuvo que retirarse a última hora para ser reemplazado por otro candidato que tampoco estaba en su posición. Me enorgullezco cuando la OEA llega a algún país y nadie cree que sea para meter la nariz en lo que no le importa. Los gobiernos entienden que estamos allí para ayudar y no para crear conflictos. Si eso no le gusta a alguna gente es problema de ellos. Para lo que quieren, la OEA ha perdido importancia.
-¿Y las críticas del ex Presidente de Bolivia, Jorge Quiroga?
-Lo mismo que los otros. Quiroga es la oposición de derecha de Bolivia, que quiere que la OEA le arregle el problema desde Washington. El problema de Bolivia debe arreglarse en Bolivia, en la medida en que las mayorías étnicas y las minorías regionales aprendan a convivir.
-El 14 de diciembre, en el "Washington Post", bajo el título "El doble rol de Insulza", la periodista colombiana Marcela Sánchez propone que actúe menos como candidato presidencial en Chile...
-Es importante comentar que ese artículo nunca fue publicado en el periódico, sino en un punto com. Pero en Chile se le dio importancia como si fuera el real "Washington Post". Fuera de esto, creo que la periodista está equivocada, reporteó mal y no actuó de buena fe. Porque no tengo más tiempo que dedicarle a la OEA. En estos dos años y medio he visitado más de 30 países, algunos más de tres veces. Y esto sin contar los viajes internos en EE.UU. Si en los anteriores 15 años se produjo en la región el fin prematuro de 17 gobiernos, no se ha producido ninguno desde el 2005.
-Ella dice que "sus aspiraciones presidenciales son tan obvias que algunos aseguran que usa la página de internet de la OEA para montar su campaña".
-Mire, eso puede ser hasta auditado. La página web de la OEA no solamente no la uso para eso, sino que muchas veces omite una serie de cosas que ocurren en Chile y que tienen que ver conmigo para no dar esa impresión.
-El 17 de diciembre, en "The Wall Street Journal" la periodista Mary Anastasia O'Grady también cuestionó la pasividad de la OEA frente a Chávez...
-Sí, pero se refiere a los países miembros, no a los funcionarios de la OEA.
-Dice: "Si algunos miembros de la OEA están de verdad en la nómina salarial de Chávez, ello explicaría por qué el organismo ha sido tan tímido con el gobernante antidemocrático venezolano".
-No comparto su juicio, pero el problema es que se refiere a los países, y no me corresponde responder por ellos. Si hubiera ofendido de esa manera a algún funcionario, respondería de inmediato y pediría los antecedentes para examinar el tema judicialmente. Pero tampoco creo que ningún país de la OEA sea condicionado económicamente por Chávez. La mayor parte de quienes declaran tales cosas, ni siquiera conocen esos países.
-¿Cómo le afectan estas críticas?
-Las tomo con tranquilidad, pero me preocupan cuando se les da más repercusión que la que tienen. Pertenecen a la OEA que se fue y que no volverá: de los que tocan las puertas de Washington para que les resuelva sus problemas. Por lo menos mientras yo sea secretario general de la OEA eso ya no ocurrirá.
-¿Si logra ser la carta única de la Concertación dejaría la OEA?
-No hablaré del tema presidencial por un tiempo porque van a decir que me estoy promoviendo.
A JORGE "TUTO" QUIROGA:
"Él es la oposición de derecha de Bolivia, que quiere que la OEA le arregle el problema desde Washington".
A SHAWN SULLIVAN:
"La crítica de ese señor es una opinión de algunos grupos de derecha que creen que la OEA debe ser un organismo de intervención" .
A ROGER NORIEGA:
"Promovió la campaña de un candidato a secretario general de la OEA -un ex Presidente centroamericano- para que se moviera dentro de la política que él quería, y no consiguió ni un solo voto fuera de Centroamérica" .
"(Las críticas) pertenecen a la OEA que se fue y que no volverá: la de los que tocan las puertas de Washington para que les resuelva sus problemas. Por lo menos mientras yo sea secretario general eso ya no ocurrirá".
POR QUÉ DEFIENDE A LAGOS:
"Para ser franco, es una cosa que nace más del corazón que de la cabeza"
-¿Cómo se gestó la carta de apoyo a Lagos que mandó esta semana?
-Me lo han preguntado mucho con alguna perplejidad, pero la verdad es que tengo gran cariño por Lagos. Cuando uno se asocia con alguien, a esa persona se le debe lealtad, compromiso y solidaridad en un momento difícil. Y me apena que algunos se olviden de eso. No hay ninguna gestación, salvo en mi cabeza. Por cierto, y sin haber hablado nunca con él, le hice llegar la carta y le pregunté si tenía inconveniente en que se publicara.
-Dice en la carta que "estas dos décadas han tenido muchos protagonistas, pero ninguno como Ricardo Lagos" ¿Y Aylwin y Frei?
-Todos son grandes protagonistas y estuve también en sus gobiernos. Pero esto no es una escala de valores. La realidad es que Lagos ha estado más tiempo en primer plano. El "No" tuvo muchos rostros, todos importantes, pero nadie cuestiona que su dedo marcó el momento culminante.
-¿Critica, como él, la "pasividad inaceptable" de la Concertación?
-Comparto que en la Concertación muchos dejaron que le dijeran durante varios meses todo lo que le dijeron.
-¿Por qué sintió la necesidad de defenderlo si ya lo salvó el 2003 en los acuerdos de la crisis MOP-Gate?
-Yo organicé la agenda del 2003, pero él me dio la dirección y el respaldo para hacerlo... No es que sienta alguna necesidad política de defenderlo. Para ser franco, es una cosa que nace más del corazón que de la cabeza... Los movimientos que permiten que sus líderes sean destruidos de esa forma, decaen. ¡Lagos es un capital muy importante de la Concertación! Pensé que no se debía permitir que fuera atacado así.
-¿Pero por qué la paradoja de defenderlo? Si Lagos cae, usted sería la figura que debería reemplazarlo. ..
-Porque si para mí la política fuera eso, no habría durado los 40 años que he estado en ella. No creo que sea una guerra sin cuartel. No me interesa ni para ocupar un cargo chico ni para ser Presidente de la República... Y estimo que tiene mucho más que dar. No creo que él se acuerde de esto: el 83 u 84 le dije que él iba a ser muy importante en lo que pasaría en Chile, y que yo lo iba a respaldar. Y no quise dejar pasar esta oportunidad si, más de 20 años después, tengo la oportunidad de demostrarlo. Esto de Lagos me produce emoción. Me emociono cuando hablo de ese tema
No hay comentarios.:
Publicar un comentario