miércoles, diciembre 13, 2006

Correo a un amigo: El largo otoño del patriarca.


Hola Dan,

Efectivamente estuve celebrando en la Alameda hasta que el carro lanzaagua (guanaco) y el lanzagases (zorrillo) disolvieron a la multitud. No me decidía a participar en los festejos improvisados pues lo consideraba un poco de mal gusto pero luego reflexioné acerca del hecho histórico que estabamos viviendo. La muerte esperada de Pinochet debía llegar algún día y los sentimientos que todavía perduran en la sociedad chilena volvían a cobrar vida. Creo que el gobierno de Bachelet actuó bien al no ceder a las presiones de darle un funeral de Estado al dictador. Se le rindieron los honores de comandante en jefe del ejército con la presencia de la ministra de defensa, Vivianne Blanlot (PPD). Porque como lo señalara debía participar representando a la jefe de Estado debido a la decisión de la familia Pinochet de realizar un funeral público. Así más allá de los llamados de los Pinochet y los pinochetistas para que nadie del gobierno participara, llegó la ministra al patio de la Escuela Militar flanqueada por los comandantes en jefe de las Fuerzas Armadas en medio de los abucheos. Ella se mantuvo impertérrita durante la ceremonia repsentando de alguna forma la formalidad republicana, la raison d'État encarnada, que no reflejaba emoción alguna por la muerte del dictador que tanto daño causó. El discurso más polémico fue el del nieto oficial del Ejército quien justificó el golpe -fuera de todo protocolo- reivindicándolo como el triunfo armado sobre el modelo marxista y cuestionando a los jueces que llevan procesos en contra del dictador y su familia. Palabras queno pasaron indavertidas por su incosntitucionalidad y hoy fue dado de baja por el Gral. Izurieta a petición del gobierno.
En fin, puede parecer sorprendente que aun hoy cuando la figura de Pinochet se desmorona poco a poco existan unos cuantos miles de personas dispuestas a homenajear al gobernante de facto. A su "Presidente Pinochet" como si con ese título auto-otorgado se legitimara su gobierno y su constitución. O incluso la autoamnistía del DL 2191 de 1978 cuya vigencia actual ha sido condenada recientemente por la Corte Interamericana. Pinochet ha perdido adeptos tal vez no tanto por las muertes, torturas y otras violaciones a los derechos fundamentales de las cuales fue autor al menos intelectual - ese tipo de sensibilidad humanista escapa a los seguidores del dictador-, sino por las cuentas secretas recientemente descubiertas, por los pasaportes falsos y el dinero de origen oscuro que se ha encontrado. Muchos fervientes pinochetistas han perdido la fe pero son varios miles los que quedan pero no me cabe duda que son una especie en extinción. Gracias a Dios.
Por mi parte celebré y fui parte de ese día histórico como ciudadano. Conciente del juicio histórico que aguarda a Pinochet y que reflejan los medios internacionales y las declaraciones de practicamente la totalidad de los gobiernos occidentales. La prensa conservadora chilena al contrario parecía más bien rendir un homenaje al dictador y la especie de cadena nacional parecía más bien dar un cariz de funeral de estado que no fue. El Ministro del Interior, Belisario Velasco (DC) fue el único que públicamente reconoceió el verdadero rol de pinochet como "el típico dictador de derechas" que violó los derechos humanos. Pero ahora y sin el lastre de esta oscura figura en la historia nacional deberíamos avanzar en la cura de heridas, en la sanación del alma nacional y saldar las deudas pendientes que existen en nuestra sociedad. Alcanzar mayores grados de verdad y justicia en materia de derechos humanos. Terminar con la exclusión social promovida durante la dictadura y terminar de democratizar nuestras instituciones políticas. Combatir el conservadurismo de ciertas élites nacionales que aun hoy conservan excesivo poder. En buenas cuentas terminar con el legado oscuro de la era Pinochet que todavía se percibe en la sociedad chilena. Ese es el desafío y al menos así lo siento yo, es la tarea fundamentalmente de las nuevas generaciones.

Espero que estés bien, pronto a pasar las fiestas de fin de año.

Un abrazo cariñoso

Marcelo

1 comentario:

Unknown dijo...

PARTIDO DE GOBIERNO HOMENAJEA A STROESSNER EN PARAGUAY
(X Luis Agüero Wagner, publicado en La Naciòn de Asunción, el 23 de Septiembre de 2006)

Una anómala demostración de coherencia realizó la dirigencia colorada en la última semana rindiendo un diferido homenaje a quien en vida fuera su presidente honorario y a quien por ocho veces elevaran como candidato a la presidencia de la República, el general Alfredo Stroessner. Una derrota en votaciones del Congreso que el único líder jamás hubiera permitido, era al parecer el detonante que faltaba para tomar coraje y consumar este abierto desafío a ciertos dictadorzuelos de la prensa, que viven jactándose de su lucha selectiva contra ciertas etapas de la dictadura que les munió de recursos para inaugurar sus medios de comunicación.
Hablo de coherencia porque la abrumadora mayoría de los colorados, si no la totalidad, considera a Stroessner el mejor gobernante de la historia del Paraguay. Los más recalcitrantes contestatarios del Mopoco, por ejemplo, no vacilaron en cerrar filas en torno el número 2 del régimen estronista, abandonando en pocas semanas el Acuerdo Nacional cuando se les invitó a participar de la repartija de la torta, sin renegar jamás del 13 de enero, del reatado hilo de la historia, de la democracia sin comunismo, de la Unidad Granítica ni de los beneficios que prometía a cambio de la lealtad incondicional el más importante narcotraficante de la historia del país.

Como si Stroessner fuera apenas uno de los diez avatares del Dios hinduísta Visnu, encarnado para luchar contra el mal, los estronistas a su vez pasaron a ser sucesivamente rodriguistas, argañistas, wasmosistas, oviedistas, cubistas, gonzalezmacchistas para ahora, como buenos adoradores de la deidad de turno, transmutarse en rabiosos tendotistas. Es que deben seguir "haciendo méritos", como dicen ellos en su candidez.

Demás está decir que jamás renunciaron, a la hora de hacer negocios -con o sin Stroessner- a los parámetros establecidos durante la hegemonía de la dictadura. Vale decir, con el dinero público como principal fuente de poder y enriquecimiento personal y con los créditos externos como principal fuente de dinero público. Como no homenajear a Stroessner, si jamás han renunciado a la creencia de que la adscripción ciega a las políticas imperialistas sacará al país de su marasmo, a pesar de que esta obsecuencia determinó y sigue incentivando atroces violaciones de los derechos humanos, persecución ideológica y proscripción política, sin que la población hoy conozca de los presuntos beneficios tras 66 años de obediente alineamiento a Washington.

La ANR también se sigue riendo de su propio ideario liberal, producto del discípulo mitrista José Segundo Decoud, precursor ideológico que comparten colorados con el Partido Liberal. Se sigue riendo de la Constitución Nacional, entelequia esotérica que los prohombres del coloradismo históricamente han utilizado como felpudo, de Bernardino Caballero a Nicanor.

Siguen acusando de traición a la patria a quienes por profilaxis alejan créditos de sus bolsillos, olvidando a los 23 miembros de la Legión que firmaron su acta fundacional por orden de su jefe Bernardino Caballero, por entonces ungido de autoridad policiaca sobre los mismos por las fuerzas brasileñas de ocupación.

Por debajo de la mesa y a veces también por encima, se siguen dando de la mano ministros y altos funcionarios de empresas estatales con el empresariado corrupto y el crimen organizado. Todavía está fresco en nuestra memoria el recuerdo de cómo la llamada de un diputado al presidente abortó un operativo antidrogas en el noreste del país.

Al igual que durante el régimen de Stroessner, se sigue apelando a rentar opositores para legitimar los designios autocráticos desde el Congreso. Ahí están frescos los recuerdos de la "brillante actuación" de Laíno y Filizzola durante el periodo Legislativo 2005-2006. El vasto sistema prebendario en torno a las reparticiones públicas no ha parado de crecer, aunque algo deba hoy compartirse en la Justicia Electoral y otro tanto con la prensa clientelista, exigencias de un Paraguay moderno y democrático.

Al igual que en los gloriosos tiempos de la dictadura anticomunista, el embajador norteamericano despotrica contra las revoluciones marxistas-leninistas con amplio respaldo de la supuesta prensa antiestronista, más vocinglera anticomunista y maccartista que el mismo Stroessner. Igual hoy que hace medio siglo, vaticinan el inminente fin del régimen castrista mientras convocan a Paraguay como infalibles panelistas a periodistas a sueldo de la ultraderecha estadounidense, envueltos en escándalos de corrupción como Carlos Alberto Montaner. Y mientras la junta de gobierno homenajea con añoranza a Stroessner, el culto al máximo caudillo colorado retoma en el presente sus niveles más enfermizos y se sueña en la reelección indefinida con que Lyndon Johnson agració a Stroessner, por más tiempo que haya pasado desde que dejaron de sonar los Beatles y concluyó la guerra de Vietnam.

Incontestable muestra de coherencia de la ANR con su línea histórica, aunque vaya acompañada de los melancólicos lagrimones de nostalgia que acompañan a la derrota en una votación.