domingo, septiembre 30, 2007

El Enviado Especial de la ONU se reúne con Aung San Suu Kyi





Tras el encuentro, Ibrahim Gambari ha vuelto a Napydaw | Pequeños grupos protagonizan nuevas protestas

Rangún. (EP/AP).- El enviado especial de la ONU para Birmania (Myanmar), Ibrahim Gambari, se reunió hoy con la líder del movimiento democrático birmano, Aung San Suu Kyi, en Rangún y después regresó a la capital, Napydaw, para volver a hablar con la Junta Militar del país.



Fuentes diplomáticas dicen que Gambari ha vuelto a Napydaw, de donde salió esta mañana, para hablar con el "hombre fuerte" del régimen militar, el general Than Shwe.

Según fuentes de la ONU, Gambari se entrevistó hoy con el primer ministro interino, el general Thein Shein, y con los titulares de Cultura, el comandante general Khin Aung Myint, y de Información, el general de brigada Kyaw Hsan, además de con altos funcionarios de Asuntos Exteriores, pero no con el canciller.

El portavoz de la Liga Nacional por la Democracia (LND), Nyan Win, dijo que, como en ocasiones anteriores, habrá que esperar a que Gambari salga del país para que pueda contar sus conversaciones en Birmania y si su objetivo principal, el cese de la represión de las manifestaciones antigubernamentales, se ha conseguido, según radio Mizzima.

El enviado especial de las Naciones Unidas, que encabeza una misión de dos personas, llegó el sábado a Rangún y, después de que le informasen de la situación, viajó directamente a Napydaw, la nueva capital del país estrenada hace dos años.

La última vez que Gambari visitó el país fue en noviembre de 2006 y se reunió con la Junta Militar y con Suu Kyi sin conseguir ningún avance aparente en la reconciliación nacional, la democratización, la liberación de la líder del movimiento birmana, bajo arresto domiciliario desde 2003, o en la excarcelación del millar de presos políticos que encierran las cárceles birmanas.

Las movilizaciones populares en Birmania comenzaron el 19 de agosto pasado en protesta por las subidas de los precios de los combustibles.

Los monjes budistas se pusieron al frente de las manifestaciones el 17 de septiembre y comenzaron a encabezar a diario marchas pacíficas que llegaron a congregar a más de 150.000 personas tan sólo en Rangún, el día 25, la misma jornada en que el Gobierno, prohibió las reuniones públicas e impuso el toque de queda.

Desde el miércoles pasado, cuando empezó la dura represión y los arrestos, han muerto al menos 16 personas y más de 1.200 han sido detenidas.

Entre las víctimas mortales hay un número no determinado de bonzos y dos extranjeros, uno de ellos un reportero gráfico japonés.

Birmania está gobernada por los militares desde hace 45 años y no celebra elecciones parlamentarias desde 1990, cuando el partido oficial perdió estrepitosamente ante la LND, unos comicios cuyos resultados desacataron los generales.

Nuevas protestas esta mañana
Por lo que a disturbios se refiere, la noche en Rangún ha sido la más calmada de esta semana, dado que la Junta Militar ha redoblado la seguridad en todas las calles y ha incrementado los bloqueos en la Avenida de la Universidad que lleva a la residencia de la activista detenida, con la colocación de alambradas y protecciones de madera en las calles adyacentes.

No obstante, pequeños grupos de personas se manifestaron esta mañana en las calles de Rangún y Mandalay, las dos ciudades más importantes de Birmania (Myanmar), para intentar organizar una nueva jornada de protestas contra la Junta Militar.

La brutal represión de las fuerzas de seguridad contra las protestas pacíficas iniciadas por los monjes budistas que ha causado al menos 16 muertos, unos 200 heridos y más de 1.200 detenciones.

Los monasterios budistas de Rangún están cercados para impedir que los monjes salgan a las calles a encabezar las protestas y hay una fuerte presencia de soldados y agentes antidisturbios en las pagodas de Shwedagon y Sule, en el casco viejo de la ciudad, los lugares preferidos por los manifestantes. Unos 20.000 soldados han entrado en la ciudad entre anoche y esta madrugada para reforzar la seguridad.

En las dos últimas jornadas, la Junta Militar respondió con rapidez y dureza a las manifestaciones e impidió que prosperasen desde el comienzo.

Al menos 16 personas han muerto en Rangún, entre ellas dos extranjeros y varios monjes, desde que el Gobierno prohibió las reuniones públicas y decretó el toque de queda en esta ciudad y en Mandalay, el martes pasado.

En Mandalay, a unos 600 kilómetros al norte de Rangún, un grupo de civiles con el retrato de Buda marchaban por la ciudad, donde los cuerpos de seguridad tienen establecidos cercos en los monasterios y controles en las calles.

El movimiento de manifestantes en Rangún se produce tras la llegada a la urbe del enviado especial del secretario general de la ONU para Birmania, Ibrahim Gambari, quien, según fuentes diplomáticas, se reunió hoy con la líder del movimiento democrático birmano y Premio Nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi.




Myanmar's protests

On the brink
Sep 27th 2007 | BANGKOK AND YANGON
From The Economist print edition




How Myanmar's people rose up against its regime—and the regime rose up against its people

Get article background

THERE are reckoned to be 400,000 monks in Myanmar (formerly known as Burma), about the same as the number of soldiers under the ruling junta's command. The soldiers have the guns. The monks have the public's support and, judging from the past fortnight's protests, the courage and determination to defy the regime. But Myanmar's tragic recent history suggests that when an immovable junta meets unstoppable protests, much blood is spilled. In the last pro-democracy protests on this scale, in 1988, it took several rounds of massacres before the demonstrations finally subsided, leaving the regime as strong as ever. By September 27th, with a crackdown under way, and the first deaths from clashes with security forces, it seemed hard to imagine that things would be very different this time.

One genuine difference is that, in the age of the internet and digital cameras, images of the spectacular protests in Yangon, the main city, have spread at lightning speed across Myanmar itself, encouraging people in other towns to stage demonstrations of their own; and around the world, bringing the crisis to the attention of leaders as they gathered in New York for the United Nations General Assembly. The remarkable images from Myanmar have meant that, for a while at least, a country that has been brutalised and pauperised by a callous and incompetent regime for 45 years has the attention it deserves.

The latest round of protests began last month, after the government suddenly imposed drastic fuel-price rises. At first, the demonstrations, organised by veterans of the students' movement that led the 1988 protests, were fairly small. The regime arrested many leaders and sent plain-clothed goons to beat up demonstrators. It looked as if the protests might fizzle until, earlier this month, soldiers fired over the heads of monks demonstrating in the central town of Pakkoku. Some reports said monks were also beaten and arrested.

In Buddhist tradition, monks are rather different from in the West: large numbers of young men don russet robes for just a few years. So they are more integrated into the wider society, and more influential.

The clergy demanded an apology, setting a deadline of September 17th. The next day, their demand having been ignored, they took to the streets. They also, in effect, excommunicated the military and their families by announcing they would refuse to accept alms from them—a serious matter in a devout country.


Setting out at 1pm each day from the golden Shwedagon pagoda—Myanmar's most sacred shrine—a seemingly endless line of shaven-headed monks, many barefoot, has passed through the streets of Yangon. At first the monks limited themselves to chanting prayers and discouraged the public from joining them. But on September 22nd a hitherto unknown group, the All Burma Monks' Alliance, called on people to “struggle peacefully against the evil military dictatorship”. After this, large numbers of ordinary Burmese joined in, many linking hands along the route of the monks' procession. The monks' chants became overtly political, including the cry, “democracy, democracy”.

At first, the regime dithered. It fired tear-gas canisters at one of the first monks' protests, in the western town of Sittwe. But for the next few days, its forces stayed out of sight. On September 22nd, to their astonishment, a group of monks and laymen was allowed to pray outside the normally heavily guarded home of Aung San Suu Kyi, the leader of the opposition National League for Democracy (NLD) and icon of Myanmar's struggle for democracy. Though Miss Suu Kyi is under house arrest, she was able to walk to her gate and, in tears herself, greet the tearful protesters.

Miss Suu Kyi's public appearance—her first since she was detained four years ago—proved a boon to the demonstrators. On Monday (September 24th) the protest in Yangon was said to be 100,000-strong. Monks waved the red “fighting peacock” flag, the emblem of the students who led the 1988 protests.

That night the regime broke its silence at last. On state television and radio, it warned of unspecified action “according to the law” if protests continued. The next day the protesters defied the threat, staging a demonstration at least as big as Monday's. As on previous days, the young monks were marshalled along the route by older ones with megaphones, followed by a vast throng of ordinary Burmese, and the odd government spy.

Those taking part were enormously moved by the defiance they achieved, as if that were an end in itself. Yet no one The Economist spoke to believed the government would yield; they were marching less in hope than in anger and despair. “I don't think we can defeat the government; I can't imagine what will happen,” said one young woman, “But we hope. We hope for the success of our revolution.”

Soon after Tuesday's march ended, troops and riot police moved in to positions around Yangon. The junta hunkered down for talks in Naypyidaw. That is the remote new capital the paranoid regime has built itself in the centre of the country for obscure reasons (perhaps on the advice of its soothsayers, or in fear of an American invasion, or of just this sort of popular uprising). Britain's ambassador, Mark Canning, went there and met two deputy ministers. He said they were under the illusion that the protests had been stoked by “meddling” foreign powers. Miss Suu Kyi was reported to have been moved to the regime's dreaded Insein prison.

On Wednesday the authorities announced a two-month night-time curfew and troops surrounded monasteries in Yangon. But swarms of protesters again poured on to the streets, defying tear-gas, warning shots and baton charges. The first deaths, including of monks, were reported. On Thursday, troops burst into monasteries around the country to make arrests but, again, this did not stop monks and laymen from hitting the streets, where riot police shot at them.

Dream on

In 1988, when protests also had an economic basis, monks took an active part. They did so again in 1990, after the regime called an election and ignored the result (a landslide victory for the NLD). But this time they are in the vanguard. Given the reverence they are accorded by the predominantly Buddhist public, they will be harder for the regime to dismiss as criminals and subversives.

It is unclear who is leading the monks' protest movement, says Aung Naing Oo, a political analyst and veteran of the 1988 student movement. But, he says, they seem well organised. Some of the clergy's top leaders on the State Sangha Council have been bought off by the regime. Others, though, seem sympathetic to their young disciples. At the very least, says Mr Oo, it can be assumed that the protesting monks have the blessing of the abbots in charge of the monasteries. The raids on the monasteries seem designed to smash this source of resistance.

The tatmadaw (armed forces) did not hesitate to arrest, beat and jail monks in 1988 and 1990. But this time, not only are the monks (and many Buddhist nuns too) leading the protests, but the numbers taking part are also far larger than before. Furthermore, the army has changed. In 1988 it was mostly professional and had recent experience of waging war against Myanmar's sizeable ethnic-minority militias. Since then its numbers have been greatly expanded through conscription, which means many of today's soldiers are ill-trained peasant boys, whose families will have suffered from the regime's colossal incompetence. Ironically, the army's success in forcing many of the armed ethnic insurgencies to accept ceasefires has left it with few soldiers with much real experience of fighting.

The regime may be trying to calibrate its response to the protests, using limited force at first to quell opponents. That said, it still has elite disciplined units which would be unlikely to flinch if ordered to open fire on unarmed monks and nuns.

If there are any cracks in the junta's unity, nobody outside knows about them. General Than Shwe, the 74-year-old paramount leader, is rumoured to be gravely ill but it is assumed that, when he goes, his replacement will be just as thuggish. Taking account both of the expanded army and of the sizeable ethnic militias, Myanmar is one of the world's most militarised countries, notes Martin Smith, a writer on the place. The junta's leaders, pointing to the country's chaotic period of parliamentary democracy between independence in 1948 and the military takeover in 1962, sincerely believe the army is the only institution capable of holding Myanmar together. They are determined to cling to power whatever the cost.

It is just possible, however, that the regime may match violence with concessions. Earlier this month, it wrapped up, after 14 years, a national convention to draft the guidelines for a new and supposedly democratic constitution. In fact, the new charter would leave the army in charge and political rights severely curtailed. But its precise wording has not yet been decided and the next steps towards implementing it are uncertain. This leaves scope for promises of progress, in the hope that this will weaken the protests.

A bloody dawn?

Few demonstrators would trust such promises. But, combined with a stranglehold on the monasteries, and other repressive measures aimed at whittling down the numbers of protesters, they might be enough to show, once again, that resistance is futile. Back in 1988, at the peak of the protests, even as soldiers were mowing down the crowds, many Burmese felt sure the rotten regime was ready to collapse under the unstoppable force of “people power”, as the Marcos regime in the Philippines had two years earlier.

Even if the regime does crumble and the junta stuffs its bags with gemstones and heads for exile, Myanmar's troubles would still be daunting. Many of the ethnic minorities continue to distrust the majority “Burmans”, even including the democrats. And the NLD has been gutted by years of oppression. Miss Suu Kyi, inspiring figure though she is, is an untested leader who has perforce been woefully out of touch with events.

As in 1988 and 1990 the Burmese people have shown they want to choose their own leaders. In the past they did not fully reckon on the ruthlessness of the people they were up against. One day, as with all tyrannies, Myanmar's will fall. But much blood may flow before that day dawns.

viernes, septiembre 28, 2007

El pueblo birmano entre la rebelión y la decepción

Al parecer sólo con una ya tardía reacción del Consejo de Seguridad de la ONU -pese a la resistencia de Rusia y China- podría frenar la represión ejercida por el régimen militar birmano en contra de los manifestantes. La Junta Militar estaría detrás de la caída de la principal conexión a Internet del país deseosa de que la comunidad internacional permanezca ignorante de los acontecimientos tal como sucedió en 1988 cuando la revuelta popular fue sofocada a sangre y fuego y donde se estima unas 3,000 personas habrían fallecido. Se requiere de la colaboración de los socios principales de Birmania: India, Rusia y China. Pero estos últimos califican los últimos acontencimientos y la represión militar como "internal affairs" como problema interno...como si los derechos humanos fueron algo negociable diplomáticamente o estuvieran a la libre disposición de los gobernantes. Al parecer luego de más de 60 años desde la fundación de las naciones Unidas y en vísperas del sexagésimo aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos algunos gobernantes no entienden la importancia de la protección de estas libertades y garantías básicas basadas en la dignidad porpia de todo ser humano.

MSN

Artículo de Radio France Internationale


Birmanie
La junte censure Internet

Vendredi, la junte birmane a coupé la principale liaison Internet du pays et fermé les cybercafés de Rangoon. Elle veut empêcher la diffusion, hors de Birmanie, d'informations, de photos et de vidéos sur la répression en cours depuis trois jours.


Le site Irrawaddy : http://www.irrawaddy.org/.


Vendredi, troisième jour de répression en Birmanie. La junte militaire tente, depuis mercredi, de faire taire le mouvement de protestation pacifique lancé par les moines la semaine dernière et largement suivi par la population. Malgré une dizaine de morts annoncés par les autorités en deux jours, des manifestations ont, une fois de plus, eu lieu à Rangoon et à Mandalay, les deux plus grandes villes birmanes. De leur côté, les autorités, qui ont déclaré un couvre-feu, ont aussi coupé la principale liaison Internet du pays. Un responsable birman des télécoms a attribué le problème à « un câble sous-marin endommagé ». Mais une source occidentale « fiable », selon l’AFP, a indiqué que la coupure aurait été ordonnée par la junte qui cherche à empêcher la diffusion, hors de Birmanie, d'informations, de photos et de vidéos sur la répression en cours. La junte « tente d’imposer un huis-clos », dénonce Reporters Sans Frontières (RSF). Alors que la répression « s'accélère », « le flot d'informations se tarit » et « il y a urgence à aider les journalistes birmans et étrangers afin qu'ils puissent continuer d'accomplir leur devoir », souligne l’organisation.

Jusqu’ici, et contrairement au mouvement démocratique réprimé dans le sang en 1988, les images de la « révolution safran » et de sa répression étaient accessibles au monde entier. Les téléphones portables, caméras numériques et blogs ont aidé les Birmans à passer à travers les mailles de la censure et les 200 cafés Internet ont permis aux étudiants de transmettre photos et vidéos quasiment en direct. « Les jeunes savent comment échapper aux contrôles sur l’Internet. Nous avons reçu des images de Rangoon mais aussi de Mandalay », rapporte Aung Din, directeur de « US Campaign for Burma », un groupe d’opposition au régime birman installé à Washington. « En 1988, nous n’avions pas ces moyens pour faire sortir nos messages de Birmanie. Personne dans la communauté internationale n’avait été au courant des premières manifestations. Cette fois, le monde entier est informé, quelle différence ! » Pour Said Win, rédacteur en chef de Mizzima News, « c’est vraiment le résultat de la globalisation ». « Que la junte le veuille ou non, le gouvernement ne peut plus isoler le pays du reste du monde ».

Journalistes sous pression

« L’Internet birman est plus contrôlé que le Net chinois ou vietnamien », analyse RSF qui affirme vendredi que tous les cybercafés de Rangoon ont été fermés. Ces derniers jours, « le réseau Internet est très lent et de nombreuses lignes de téléphones portables ont été coupées. Malgré ces restrictions, des images et des informations continuent à sortir du pays grâce aux journalistes étrangers présents dans le pays et aux journalistes birmans », note l’organisation. Matériel confisqué, lignes téléphoniques placées sur écoute, interrogatoires, agressions… RSF dénonce les pressions exercées ces dernières semaines sur les journalistes locaux. Des pressions qui ont contraint plusieurs groupes de presse privés à suspendre leurs publications, « parce qu’elles refusaient de publier la propagande gouvernementale », explique, vendredi, un responsable de la profession à l’AFP. RSF s’est aussi indignée de la mort, jeudi, du journaliste japonais Kenji Nagai, tué par balle lors d’une manifestation à Rangoon.

Très peu de visas presse étant accordés aux journalistes étrangers et les professionnels birmans étant sous haute surveillance, beaucoup d’informations et d’images proviennent de citoyens ou de journalistes non professionnels. Le quotidien The Irrawaddy note l’émergence de « citoyens-reporters ». « Nous recevons des photos de gens qui ont des comptes mail privés sur Skype ou Gmail. Ils ne font pas grand cas du risque qu’ils prennent en faisant ça car ils veulent montrer au monde ce qui se passe », explique le rédacteur en chef du journal. C’est ce courage citoyen qui alimente les sites Internet basés à l’étranger, comme The Irrawaddy. Avec les événements récents, ce journal de référence fondé en 1992 par des Birmans en exil, revendique plus de 22 millions de clics ce mois-ci, plus du double de son chiffre habituel. Des connexions qui ont même fait exploser son serveur.

Les internautes sont déçus

D’autres supports relaient une information venue de l’intérieur, comme Mizzima News, site web d’opposition basé en Inde, Mandalay Gazette, installé en Californie, ou encore la Democratic Voice of Burma (DVB), qui émet depuis Oslo. La DVB s’appuie sur une trentaine de journalistes travaillant clandestinement en Birmanie et qui déploient des trésors d’ingéniosité pour exfiltrer les informations. Khin Maung Win, directeur adjoint de la DVB, explique qu’ils utilisent des téléphones satellite, illégaux dans le pays. « Nous passons aussi des informations en contrebande à travers la frontière thaïlandaise, mais c’est coûteux et risqué », dit-il. Créée en 1992 avec des fonds norvégiens, la station, qui émet par satellite, revendique une audience totale de 20 millions de personnes. C’est l’un des moyens pour les Birmans, très isolés, de s’informer sur la situation de leur propre pays.

Malgré la forte médiatisation, la mobilisation des opposants en exil et celle des opinions publiques internationales – différentes manifestations ont été organisées en Italie, en France, au Canada et en Malaisie-, la diplomatie internationale peine à prendre des mesures radicales. Les Birmans expriment sur la Toile leur impression d’avoir été abandonnés par la communauté internationale. Sur les blogs, l’espoir qui avait transpiré la semaine dernière, a été remplacé par le pessimisme, l’exaspération, la rage et le désespoir. « Pendant que le monde entier s’époumone dans ses appels à la raison, la junte birmane continue de réprimer », regrette Debbie Stothard, d’Altsean, une organisation de défense des droits de l’homme proche de l’opposition. L’émissaire des Nations Unies pour la Birmanie, Ibrahim Gambari, est attendu à Rangoon samedi. Mais les opposants en exil ne croient pas que sa venue change les choses. « Seule une résolution immédiate du Conseil de sécurité peut arrêter les chiens fous – surnom des généraux, ndlr- assoiffés de sang », affirme Soe Aung, porte-parole d’une coalition d’organisations d’opposition en exil en Thaïlande. Une session extraordinaire du Conseil des droits de l'Homme des Nations unies sur la Birmanie doit se tenir mardi prochain à Genève.


par Olivia Marsaud

Article publié le 28/09/2007 Dernière mise à jour le 28/09/2007 à 16:17 TU

jueves, septiembre 27, 2007

Continúa la represión en Birmania




Un periodsta japonés habría muerto durante los disturbios. Aquí la foto antes de su asesinato.

miércoles, septiembre 26, 2007

Aung San Suu Kyi, Premio Nobel de la Paz 1991


BBC NEWS
Profile: Aung San Suu Kyi
Like the South African leader Nelson Mandela, Aung San Suu Kyi has become an international symbol of heroic and peaceful resistance in the face of oppression.

For the Burmese people, Aung San Suu Kyi, 62, represents their best and perhaps sole hope that one day there will be an end to the country's military repression.



As a pro-democracy campaigner and leader of the opposition National League for Democracy party ( NLD), she has spent more than 11 of the past 18 years in some form of detention under Burma's military regime.

In 1991 she was awarded the Nobel Peace Prize for her efforts to bring democracy to Burma.

At the presentation, the Chairman of the Nobel Peace Prize Committee, Francis Sejested, called her "an outstanding example of the power of the powerless".

After a period of time overseas, Aung San Suu Kyi went back to Burma in 1988.

House arrest

Soon after she returned, she was put under house arrest in Rangoon for six years, until she was released in July 1995.


AUNG SAN SUU KYI
1989: Put under house arrest as Burma's leaders declare martial law
1990: National League for Democracy (NLD) wins general election; military does not recognise the result
1991: Wins Nobel Peace Prize
1995: Released from house arrest, but movements restricted
2000-02: Second period of house arrest
May 2003: Detained after clash between NLD and government forces
Sep 2003: Allowed home after medical treatment, but under effective house arrest

She was again put under house arrest in September 2000, when she tried to travel to the city of Mandalay in defiance of travel restrictions.

She was released unconditionally in May 2002, but just over a year later she was put in prison following a clash between her supporters and a government-backed mob.

Following a gynaecological operation in September 2003, she was allowed to return home - but again under effective house arrest.

During these periods of confinement, Aung San Suu Kyi has busied herself studying and exercising.

She has meditated, worked on her French and Japanese language skills, and relaxed by playing Bach on the piano.

In more recent years, she has also been able to meet other NLD officials, and selected visiting diplomats like the United Nations special envoy Razali Ismail.

But during her early years of detention, Aung San Suu Kyi was often in solitary confinement - and was not even allowed to see her two sons or her husband, the British academic Michael Aris.

I could not, as my father's daughter, remain indifferent to all that was going on
Aung San Suu Kyi, 1988

In March 1999 she suffered a major personal tragedy when her husband died of cancer.

The military authorities offered to allow her to travel to the UK to see him on his deathbed, but she felt compelled to refuse for fear she would not be allowed back into the country.

Aung San Suu Kyi has often said that detention has made her even more resolute to dedicate the rest of her life to represent the average Burmese citizen.

The UN envoy Razali Ismail has said privately that she is one of the most impressive people he has ever met.

Overseas life

Much of Aung San Suu Kyi's appeal within Burma lies in the fact she is the daughter of the country's independence hero General Aung San.

He was assassinated during the transition period in July 1947, just six months before independence.

Aung San Suu Kyi was only two years old at the time.

In 1960 she went to India with her mother Daw Khin Kyi, who had been appointed Burma's ambassador to Delhi.

Four years later she went to Oxford University in the UK, where she studied philosophy, politics and economics. There she met her future husband.

After stints of living and working in Japan and Bhutan, she settled down to be an English don's housewife and raise their two children, Alexander and Kim.

But Burma was never far away from her thoughts.

When she arrived back in Rangoon in 1988 - initially to look after her critically ill mother - Burma was in the midst of major political upheaval.

Thousands of students, office workers and monks took to the streets demanding democratic reform.

"I could not, as my father's daughter remain indifferent to all that was going on," she said in a speech in Rangoon on 26 August 1988.

Aung San Suu Kyi was soon propelled into leading the revolt against then-dictator General Ne Win.

Inspired by the non-violent campaigns of US civil rights leader Martin Luther King and India's Mahatma Gandhi, she organised rallies and travelled around the country, calling for peaceful democratic reform and free elections.

But the demonstrations were brutally suppressed by the army, who seized power in a coup on 18 September 1988.

The military government called national elections in May 1990.

Aung San Suu Kyi's NLD convincingly won the polls, despite the fact that she herself was under house arrest and disqualified from standing.

But the junta refused to hand over control, and has remained in power ever since.

Story from BBC NEWS:
http://news.bbc.co.uk/go/pr/fr/-/2/hi/asia-pacific/1950505.stm

Published: 2007/09/22 12:05:54 GMT

© BBC MMVII

Represión en Birmania



El Consejo de Seguridad convoca una reunión de urgencia ante la escalada de violencia en Birmania

El Ejército mata a varios monjes que se manifestaban contra el régimen militar


AGENCIAS / ELPAIS.com - Bangkok / Yangon - 26/09/2007

El ministro francés de Exteriores, Bernard Kouchner, ha anunciado que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas se reunirá esta noche "de urgencia" (a las 19.00 GMT, 21.00 hora peninsular española) ante la escalada de violencia en Birmania. Varios monjes budistas han fallecido por las cargas llevadas a cabo por las fuerzas de seguridad contra los manifestantes que protestan en la capital por la subida del precio de los carburantes. Según AFP, son tres los fallecidos. Reuters habla de dos. Los soldados han abierto fuego contra unos 200 monjes budistas que marchaban junto a miles de civiles hacia la pagoda de Sule, en Yangon, según varios testimonios citados por la radio Mizzina.

Se han escuchado disparos en las calles adyacentes al templo y cerca del Ayuntamiento, mientras diez camiones militares con alrededor de 300 soldados llegaron para reforzar la seguridad. En el barrio de Alhone, distrito comercial situado también en el casco viejo de la principal ciudad del país, un testigo afirmó que policías y militares se llevaron en brazos a tres monjes que habían recibido impactos de bala y que posteriormente fallecieron, aunque estas muertes no han podido ser confirmadas.

Pocas horas antes, al menos cuatro religiosos resultaron heridos en las cercanías de la pagoda de Shwedagon, donde los manifestantes fueron disueltos con botes de gas lacrimógeno y disparos al aire y algunos monjes fueron golpeados antes de ser arrestados y llevados en vehículos del Ejército a centros de detención. En los aledaños del templo, se han producido roturas en los cristales de un coche, incendios de motocicletas y neumáticos, mientras en el barrio de Sanchaung, los civiles se enfrentaron a las fuerzas de seguridad que estaban deteniendo a los religiosos.

El Ejército peina las calles

Mientras tanto, el Ejército peina las calles del centro de la ciudad con grupos de unos 30 soldados seguidos de camiones. La Junta Militar declaró anoche el toque de queda, desplegó tropas en varias ciudades a fin de impedir que continúen las manifestaciones de monjes que comenzaron el 17 de septiembre y arrestó a varios y miembros de la oposición.

Además, traspasó al Ejército el control directo de la seguridad en todo el país y prohibió las asambleas y todo tipo de reuniones de más de cinco personas. Los militares han incrementado su presencia en lugares estratégicos como Shwedagon y Sule, así como la sede en Rangún de la Liga Nacional para la Democracia (LND), principal fuerza opositora que dirige Aung San Suu Kyi, premio Nobel de la Paz en 1991 y bajo arresto domiciliario desde 2003.

A pesar de estas medidas, los manifestantes aseguraron que no cederán ante las intimidaciones del régimen y continuarán con sus protestas en la movilización más importante contra los generales desde hace casi veinte años. Birmania (Myanmar) está gobernada por los militares desde 1962 y no celebra elecciones parlamentarias desde 1990, cuando el partido oficial perdió de manera abrumadora ante la LND.

martes, septiembre 25, 2007

Militares birmanos declaran toque de queda para frenar las manifestaciones

La Junta Militar birmana impone el toque de queda para frenar las protestas de los monjes

El Gobierno de los generales prohíbe cualquier reunión de más de cinco personas

AGENCIAS - Bangkok - 25/09/2007

La Junta Militar birmana ha impuesto el toque de queda en las dos principales ciudades de Myanmar, Rangún y Mandalay, y la prohibición de cualquier reunión de más de cinco personas, según testigos. Los generales que rigen la antigua Birmania desde 1988 tratan con estas medidas de frenar las multitudiarias manifestaciones contra ellos que, desde hace más de una semana, lideran monjes y que ya se conocen como la revolución del azafrán, por el color de las ropas de los religiosos.

El toque de queda, que se aplicará desde las 21.00 hasta las 5.00 horas, y la prohibición del derecho de reunión han sido comunicados a través de altavoces colocados en varios vehículos que fueron circulando por muchas de las calles de Rangún, escenario de las mayores manifestaciones de la historia de Myanmar. Estas medidas tendrán, en principio, una duración de 60 días, según las citadas fuentes. El Ejército ha desplegado numerosas tropas en el centro de Rangún para evitar nuevas protestas y se ha informado de una concentración de soldados en un centro militar de Mandalay. Pese al anuncio, numerosos ciudadanos han hecho caso omiso del aviso y han salido a las calles, en un nuevo desafío a la Junta Militar birmana.

El Ejército no ha especificado cómo serán castigados aquellos que violen las órdenes pero, según las leyes birmanas, los que no cumplan con las mismas podrían enfrentarse a penas de cárcel.

"Las protestas no son sólo por el bienestar de la población, son también por los monjes que luchan por la democracia y para que la gente tenga una oportunidad de decidir su propio futuro", ha manifestado uno de los monjes. "La población no tolerará una dictadura militar mucho más tiempo", ha añadido.

El Ministerio de Asuntos Exteriores español ha desaconsejado hoy a los ciudadanos españoles que viajen a la ex Birmania ante el riesgo de que las manifestaciones en ese país desaten una ola de violencia. El Ministerio, en un comunicado divulgado por la Embajada española en Bangkok, asegura que "existe el riesgo de que las autoridades militares puedan reprimir violentamente las protestas".

lunes, septiembre 24, 2007

La oposición birmana enmudecida pero viva (artículo de la BBC, 2006)

BBC NEWS
Burma's opposition muted but alive

In the fifth of a series of articles from inside Burma, the BBC's Kate McGeown looks at the strength of opposition to the country's hardline military government.

In a small house in the Burmese city of Mandalay, three comedians spend their days putting on shows for tourists.

Calling themselves the Moustache Brothers, they perform traditional Burmese vaudeville - a mixture of song, dance and slapstick humour.

But in reality, the show is more about politics than entertainment - and interspersed among their routines are jokes poking fun at life under the country's brutal military regime.

The reason the show is so popular is because it is such a rarity in Burma. Hardly anyone else dares to openly criticise the government, which is not surprising given the likely consequences - long prison sentences, hard labour or worse.

But the Moustache Brothers say they have little to lose; two of them have already served long jail terms and they are reduced to performing at home because they have been banned from all public venues.


"We're on the government blacklist already," said Lu Maw, one of the trio. "There is nothing more the authorities can do to us."

Most Burmese people, though, seem to have decided that after 40 years of military government, it is best to just get on with life rather than protest against the system they are living under.

One man, who was given a two-year jail sentence in the 1960s for being a student demonstrator, told me he had lost the spirit to fight.

Now a successful businessman with a wife and three children, he said: "Since I came out of jail, I've managed to build a life for myself as best I can, and keep out of any trouble - but I'm still very, very worried about my country."

Local resistance

While there is little open defiance, many people are still prepared to do what little they can to register their opposition to the military regime.

"I purposely avoid going to anything the government could use as propaganda, like the opening of a new pagoda or a celebration for something," one man said.

Another man, the head of a rural community, said his entire village stopped every evening to listen to at least one foreign radio broadcast.

"We never miss a day," he said proudly, explaining that it was the only way they could really find out what was happening in Burma because local media was so heavily censored.

But he acknowledged that while the villagers would like to take part in a more active form of resistance, they were simply too scared.

"We're waiting and hoping for change, but what can we do? Look at what the government has done to the Lady [Aung San Suu Kyi]. If they can do that to her, think what they would do to us," he said.

As leader of the opposition National League for Democracy (NLD) and daughter of independence hero General Aung San, Ms Suu Kyi is the focal point of Burmese opposition.

Many people consider her the country's rightful leader, because the NLD won national elections in 1990 but the military refused to hand over control.

She has been in some form of detention for 10 of the last 17 years, but however hard the military junta tries to make people forget about her, she remains at the forefront of many Burmese citizens' minds.

"The Lady is our best hope for the future. She is the one person who can unite everyone together," one man told me.

"I totally support the Lady in everything," said another man. "I will always support her and the NLD."

Waiting and hoping

In Ms Suu Kyi's absence, her party campaigns tirelessly for her release and for constructive dialogue with the regime.

"One day the nation will explode, and people will rise up against the government," said NLD spokesman Nyan Win. "Until that day comes, we will continue to push for dialogue and reconciliation."

But there are some people in Burma who say the NLD is too idealistic. "They won't compromise on anything, so nothing changes," said a Rangoon activist.

"It's got to the point where many people in Burma are just waiting for outside help to overthrow the regime, rather than doing what they can right now, to change things from within," he said.

Waiting is something the Burmese are getting very good at. After more than four decades of military rule, there is still no end in sight.

But whether they actively opposed the government or not, I found that the vast majority of people I spoke to still dared to hope that things could get better.

"One day I'm going to perform properly again," said Moustache Brother Lu Maw.

"Maybe this street will become like Broadway or the West End," he joked, looking out at the dusty alley he lives in.

The Moustache Brothers - and in fact everyone in Burma - know they have a long way to go for their dreams of democracy and freedom to be realised.

But despite everything, they have still not given up.

Story from BBC NEWS:
http://news.bbc.co.uk/go/pr/fr/-/2/hi/asia-pacific/5092576.stm

Published: 2006/06/19 00:31:27 GMT

© BBC MMVII

Libertad para Birmania!!



Monjes budistas encabezan las más masivas manifestaciones desde 1988 contra la opresora junta militar que gobierna el país y mantiene en arresto a la Premio Nobel Aung San Suu Kyi. La comunidad internacional no puede seguir ignorando lo que sucede en Birmania, la opresión a la que está sometida la población, la persecusión de los opositores políticos y los continuos ataques a la minorías étnicas.



300.000 personas se manifiestan pacíficamente en Myanmar

Las protestas empezaron la semana pasada para reclamar las disculpas del Gobierno por la agresión de unos monjes y se han convertido en las mayores vividas en la historia del país

AGENCIAS - Bangkok - 24/09/2007

Al menos 300.000 manifestantes han protagonizado hoy las mayores protestas vividas en la historia de Myanmar, la antigua Birmania. Monjes budistas y civiles han marchado por las calles de Rangún y en otras ciudades del país contra la Junta Militar, que llegó al poder en 1988 en un cruento golpe contra el gobierno democrático. Las marchas de los monjes iniciaron la pasada semana para reclamar disculpas al Gobierno por la agresión de varios bonzos a manos de las Fuerzas de Seguridad a principios de mes.

Unas 100.000 personas marcharon por las calles del centro de Rangún, una cifra similar en la ciudad de Pakokku (centro) y unas 120.000 en Mandalay (norte), la segunda mayor ciudad del país, según testigos citados por diversos emisoras de radio y otros medios birmanos de la

disidencia.

La Junta Militar, que preside el general Than Shwe y que, de momento, guarda silencio sobre lo que está ocurriendo n las calles, tiene previsto mantener una reunión de urgencia en las próximas horas en Napydaw, la nueva capital del país construida por ingenieros norcoreanos a unos 400 kilómetros al norte de Rangún, indicó radio "Mizzima".

La marcha, que en Rangún comenzó en la Pagoda Shwedagon, el principal santuario del país, reunió en un primer momento a unas 50.000 personas, 20.000 de ellas monjes, y al comenzar la manifestación vieron como otras decenas de miles de civiles se unían a las protestas, llegando hasta las aproximadamente 100.000 personas cuando pasaron por las puertas del Ministerio de Defensa, según los monjes y activistas políticos.

La manifestación cubrió unos ocho kilómetros en las primeras horas, pasando por el antiguo campus de la Universidad de Rangún, uno de los principales caldos de cultivo de protestas en los últimos tiempos. Los estudiantes fueron uno de los colectivos que se unió a los monjes.

En Mandalay, a unos 600 kilómetros al norte de Rangún y la segunda mayor ciudad de Birmania, unas 120.000 personas marcharon por la ciudad mientras entonaban salmos y otras plegarias para que la Junta Militar se humanice, según la radio "Mizzima".

La jerarquía de la institución budista de Myanmar, sometida al control gubernamental, ordenó a los monjes regresar a sus monasterios para poner fin a las manifestaciones pacíficas contra la Junta Militar.

Las medidas tomadas hasta hace bien poco por la Junta Militar, altamente conocida por su mano de hierro a la hora de aplicar sus leyes, se han diferenciado de forma importante en esta ocasión, durante las protestas de los últimos días lideradas por los monjes, y según diplomáticos y analistas, la razón reside en la presión que ha ejercido su socio y aliado político, China.

Traslado de la capital

La Junta Militar trasladó el año pasado desde Rangún, donde viven cerca de cinco millones de personas, la sede del Gobierno a la nueva capital, Napydaw, a unos 400 kilómetros más al norte, construida por ingenieros militares norcoreanos.

Miembros de la Liga Nacional para la Democracia (LND), liderado por la premio Nobel de la Paz Aung Sang Suu Kyi y el único partido político opositor que resiste la presión del régimen militar, participan en la manifestación.

viernes, septiembre 21, 2007

Extraditable!! Fujimori será extraditado al Perú

No podría haber sido de otra forma pues la evidencia en los crímenes cometidos durante su gobierno es demasiado grande sobretodo en materia de derechos humanos tal como se ha acreditado ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Chile no podía constitutirse en asilo de criminales ante los ojos del mundo. Esperemos que el proceso al que se le someta en Perú pueda establecer la responsabilidad del ex mandatario en los diversos crímenes que se le acusa en los diversos casos de corrupción y en materia de derechos humanos como es el Caso Barrio Alto y La Cantuta.


Fujimori extraditado (La Nación)

La Corte Suprema determinó que se cumplían los requisitos legales para enviar al ex presidente peruano de regreso a Perú para enfrentar la justicia de ese país por siete de los trece casos por los que era requerido. Se trata de dos episodios de violaciones a los derechos humanos y cinco casos de corrupción.


La expectación generada por el ansiado fallo sobre la extradición de Alberto Fujimori por fin se acabó. La Sala Penal de la Corte Suprema estimó que el ex mandatario peruano debe ser extraditado a Perú para enfrentar la justicia de ese país.

El presidente de la Sala Penal, Alberto Chaigneau, detalló que finalmente se dio luz verde a siete de los trece episodios por los que era requerido. Dos de ellos corresponden a casos de violaciones a los derechos humanos, se trata de Barrios Altos y la Cantuta, en ambos episodios la votación fue unánime y en ellos el ex mandatario está acusado del asesinato y desaparición forzada de nueve estudiantes y un profesor que se sospechaba pertenecían a organizaciones terroristas durante su gobierno.

En tanto, los cinco jueces determinaron -en fallos divididos- extraditarlo por otros cinco episodios que corresponden a delitos de corrupción. Uno de ellos es el caso "Allanamiento", que apunta a los ilícitos de usurpación de funciones y abuso de autoridad, donde la luz verde se dio por tres votos contra dos. En la “interceptación telefónica” el dictamen fue de cuatro votos contra uno.

En el caso "Tractores y Medios de Comunicación”, en que se le acusa de utilizar fondos públicos para financiar la adquisición de tractores a las corporaciones nacionales de China, a través de diversos dispositivos legales que facilitaron el proceso de adjudicación directa, los jueces sólo accedieron a la parte de “Medios de Comunicación”.

En el cuadernillo conocido como "15 millones" donde se le acusa de utilizar recursos del Estado en beneficio de su ex asesor Vladimiro Montesinos- los jueces se pronunciaron por cuatro votos a favor y uno en contra. A su vez en el de "Congresistas tránsfugas" que se refiere al pago ilegal a diversos congresistas electos para inducirlos a cambiarse de bancada e integrarse al partido de gobierno, la votación también fue dividida.

El ministro Chaigneau indicó que no fue complejo dictar esta resolución y descartó nuevamente que hayan sufrido presiones, por el contrario sostuvo que efectivamente fue un trámite y un debate “muy largo”. No en vano se trata de un dictamen de más de doscientas fojas.

El siguiente trámite en este extenso proceso judicial será la notificación a las partes, incluido el propio Fujimori, quien se encuentra con detención domiciliaria en una parcela de Chicureo, donde no se ha percibido movimiento alguno.

A continuación la cancillería deberá iniciar el proceso para que -eventualmente- esta misma jornada el ex mandatario abandone el país. Será interpol la encargada de tramitar su viaje a la nación vecina donde quedará a disposición de los tribunales locales.

En noviembre de 2005 arribó intempestivamente al país el ex mandatario y de inmediato se comenzó a especular sobre el camino más viable para que el gobierno hiciera frente a su permanencia en Chile. La tesis de la expulsión al poco tiempo fracaso y se abrieron las posibilidades a una extradición, trámite que se extendió por meses.

martes, septiembre 18, 2007

lunes, septiembre 17, 2007

Fiestas Patrias


En estos días en que se respira el ambiente que los chilenos llamamos dieciochero -un tanto difícil de explicar a los extranjeros que no lo han experimentado- con olor a asado, a vino, empanadas y con ritmo de cueca y cumbias. El espíritu "patriota" que señalan los medios se puede apreciar en todos quellos chilenos que se escapan como ratones de naufragio fuera de Santiago (ya sea para visitar a familiares, a la costa e incluso al extranjero) o aquellos que se gastan lo que no tienen en las fondas o en fastuosos asados. Porque estos días libres, que varían según la circunstancia entre 4 días y más de una semana, contrarrestan de alguna forma las vacaciones que mucho no tendrán este año ya sea porque no tienen derecho legal, porque las han renunciado voluntariamente o no están en condiciones de solicitarlas y por lo tanto son reflejo fiel del estrés al que se encuentran sometidos cientos de miles de chilenos. Querámoslo o no, los chilenos especialmente los cerca de 5 millones de santiaguinos, viven en un ambiente bastante hostil al punto que nuestra ciudad capital es un récord mundial de las patologías mentales. Muchos chilenos demoran más de dos horas diarias en el trayecto a sus hogares sometidos a jornadas de trabajos que lindan con la ilegalidad si contamos las horas extras mal pagadas. Por ello, estos momentos y de distinta forma que el pasado once de septiembre -convertida en jornada de vandalismo poblacional- se transforma rápidamente en instancia de catarsis colectiva. Ojalá este "patrotismo" que para mí se relaciona más bien con un sentido natural de pertenencia y una necesaria reflexión respecto a los valores republicanos que intentaron encarnar los padres de la Patria, debería traducirse hoy por hoy, por ejemplo, en un reconocimiento constitucional de los pueblos indígenas y en políticas públicas y privadas de mejora de sus condiciones materiales y promoción de su cultura o en una precoupación de todos los sectores por los múltiples déficit sociales en los que incurre Chile. Aun tenemos un gran porcentaje de la población viviendo bajo la línea de la pobreza, ya sea ganando sueldos escandalosamente bajos o desempleados. Muchos chilenos no pagan los impuestos que deberían o incumplen sus responsabilidades sociales en el ámbito público y en el privado. Poniendo fin a este tipo de acciones reflejaría de mejor forma el espíritu patriota que nos propusieron O'Higgings, los hermanos Carrera, Manuel Rodríguez o fray Camilo Henríquez

jueves, septiembre 13, 2007

Honorables Abogados (artículo La Tercera)

Honorables abogados
Alexander Galetovic y Leonidas Montes (*)
La Tercera, septiembre 8, 2007

Respondiendo a una inquietud del diputado DC
Jorge Burgos, la nueva mesa del Colegio de
Abogados debuta con un informe que seguramente
causará polémica (**). En sus doce puntos
concluye que la función de parlamentario y el
ejercicio simultáneo de la profesión de abogado,
“[…] sea directa o personalmente, sea como
miembro que tenga interés en un estudio
profesional”, son incompatibles. Se trata de un
tema relevante, porque hoy 15 senadores (el 40%)
y 34 diputados (el 28%) son abogados.

El Colegio de Abogados fundamenta su conclusión
en base a argumentos legales, pero también apela
al sentido común. Porque la verdad sea dicha, no
es necesario ser abogado para darse cuenta de que
algunos conflictos de interés son evidentes. Para
comenzar, nuestros parlamentarios no sólo debaten
y deciden acerca de nuestras leyes. El Congreso
también aprueba el presupuesto de los tribunales
y los parlamentarios participan en la elección de
los jueces que integrarán la Corte Suprema o el
Tribunal Constitucional. Así, “[...] los jueces
están naturalmente sujetos a presiones
implícitas, si quien plantea y representa los
intereses de una de las partes es miembro de otro
poder del Estado”. Por eso, un abogado miembro
del Congreso tiene ventaja en un alegato, se
trate de casos en que se defiendan intereses
económicos, causas de derechos humanos, materias
de interés público o de cualquier otra índole.

También el informe analiza el caso de los
parlamentarios que son socios de estudios de
abogados, concluyendo que ambas condiciones
serían incompatibles. Tal como señala el informe,
“[...] el deber público que soporta el
parlamentario que es socio o participa en un
estudio de abogados puede estar en conflicto con
el interés privado que supone la profesión, así
como con los deberes fiduciarios que ésta
impone”. Estos deberes fiduciarios “[...] se
extienden naturalmente a los otros profesionales
que participan del estudio respectivo, de modo
que puede afectar la independencia del
parlamentario [...] aunque no actúe personalmente
en el asunto”. Los economistas tal vez
agregaríamos que las personas solemos actuar
motivadas por nuestro propio interés el que, en
la mayoría de los casos, tiene una arista
pecuniaria. Si bien mucha gente es honesta, sería
ingenuo ignorar que, sea la actividad que sea, es
posible que algunos no lo sean.

Por su influencia política un parlamentario socio
de un estudio no sólo atraería más clientes.
Además, tendría que enfrentar permanentemente la
tentación a realizar lobby en favor de los
clientes de su estudio. Aunque el lobby es un
medio legítimo para que los grupos de interés den
a conocer sus posiciones (mientras sea
transparente), aún no ha sido regulado en Chile.
Y tal como lo señaló Eduardo Engel en su columna
del domingo pasado, las señales son un tanto
inquietantes. Eso sí, con medidas razonables que
cautelen la transparencia no debiera existir
impedimento para que los socios de un estudio
postulen o participen en el Congreso.

Algunos argumentarán que los parlamentarios
abogados deben seguir ejerciendo su profesión
para mantener su nivel de vida. Sin embargo, el
artículo 62 de la Constitución establece que el
salario de los parlamentarios debe ser
suficientemente alto para compensarlos por su
dedicación exclusiva. Y, en efecto, tal como se
muestra en el cuadro, los salarios de nuestros
diputados y senadores no son bajos, contando
además con generosos recursos para gastos de
representación y asesorías. Más aun, si se
considera que el presupuesto del 2007 contempla
$21.079 millones para el Senado y $35.964
millones para la Cámara de Diputados, esto es,
121 millones de dólares al año, se puede concluir
que nuestros parlamentarios trabajan en buenas
condiciones. Vale decir, cada senador nos cuesta
$555 millones al año, y cada diputado $300
millones. En definitiva, nuestros parlamentarios
reciben recursos suficientes para cumplir sus
funciones y llevar una vida acomodada para los estándares chilenos.

Chile está cambiando y cada vez los ciudadanos
exigen más transparencia. Incluso nuestros
abogados están confiando crecientemente en la
tradición anglosajona que enfatiza los incentivos
y que, dicho sea de paso, fue importante en la
formación de don Andrés Bello. En efecto, en el
informe del Colegio de Abogados el conflicto de
interés es tratado tanto desde una perspectiva
legal como económica. El foco no sólo está en las
leyes sino también en quienes compiten en el
mercado legal. La eventual regulación del
conflicto de interés no se entiende como una
acción coercitiva, sino como un medio para
promover la competencia en igualdad de
condiciones. Este giro hacia el ideal del mercado
competitivo no sólo es bueno para nuestros abogados sino también para
el país.

Un mercado competitivo de abogados exige igualdad
de condiciones. Por eso, ignorar el conflicto de
interés en el caso de los diputados y senadores
abogados sería una muestra de cinismo. En cambio,
reconocerlo y regularlo sería un acto de madurez cívica.


(*) Alexander Galetovic es profesor en la
Universidad de los Andes e investigador del CEP
(agaletovic@uandes.cl).
Leonidas Montes es profesor en la Universidad
Adolfo Ibáñez y miembro del Consejo Directivo del
CEP (leonidas.montes@uai.cl).

(**) “Informe del Consejo del Colegio de Abogados
sobre ejercicio de la profesión de abogado por
parlamentarios”, Santiago: agosto 2007.
Disponible en
http://www.colegioabogados.cl.

miércoles, septiembre 12, 2007

Cumpleaños









Dos celebraciones: La primera, del cumpleaños de Antonia y el mío con mi familia materna, los Núñez en casa de mi padrino Lalo.
Y luego, el día de mi cumpleaños 4 de septiembre, con amigos y los representantes de la familia Salgado.

sábado, septiembre 01, 2007

28º Cumpleaños

Queridos amigos y amigas,

No hay deuda que no se pague ni plazo que no se cumpla. Permítanme entonces gozar de vuestra compañía en mi vigésimo octavo (believe it or not) cumpleños, este martes 4 de septiembre a partir de las 18:00. Comme d'habitude no faltaran comida y bebida.

los espero,

Marcelo

Dirección:
Avda. Lazo 1252 Dpto 705, Edificio El Conquistador. Paradero 11 de Gran Avda. San Miguel.
Metro L2 Lo Vial / Departamental
f: 517 33 07 / 0-99122139